Como nos tienen acostumbrados tras tres episodios, La casa de papel recapitula y vuelve a donde nos dejaron la semana pasada, con Denver disparando a Mónica. O eso parecía, porque la bala del chico va directa al suelo. Denver no quiere matar a Mónica pero sabe que tiene que hacerlo... Así que opta por fingir su muerte disparándola en el muslo y escondiéndola en una de las cámaras acorazadas. Así, todo el mundo piensa que ha muerto.
Cuando digo que todo el mundo piensa que ha muerto, quiero decir que hasta Moscú, el padre de Denver, lo piensa. Y parece que su salud es un poco delicada, porque la noticia la sienta tan mal que le da una especie de infarto. Sin embargo, Denver no puede decirle la verdad a su padre, porque Berlín está vigilando.