Justo donde terminó el anterior episodio comienza este. El asesino entra en el autobús donde se encuentra Philip. En el vehículo también se encuentra Tommy, el chico que le dejó su cámara de fotos a Philip y que lleva la chaqueta de este.
Lo peor viene cuando el hombre se fija en Philip. ¿Será que recuerda su cara de haberla visto en la cabaña?
El miedo asalta al chico y sale del autobús en el último momento echando a correr.
Philip acaba llegando a la casa de Lukas, donde finalmente tiene que esconderse porque llega la Sheriff preguntando sobre su moto, ya que el dibujo de las ruedas es el mismo que estaba cerca de la cabaña. Lukas acaba confesando que sí que fue a la cabaña, pero a coger gasolina que guardaba allí su padre.
El giro llega cuando Ryan Kane, el asesino, se baja del autobús para perseguir a Tommy. Parece que por el momento podemos respirar algo más tranquilos. ¿O no?
Por otro lado, la investigación continúa. Helen seguirá investigando el triple asesinato de la cabaña. Analizando el maletero del coche encuentran un pelo que podría indicar que la persona tenía las puntas teñidas de color rojo. La ficha que contiene la información de está persona está en manos del FBI. La sheriff mentirá para conseguirlo arriesgando su puesto.
La chica que buscan resultará ser la hija de uno de los mafiosos de la zona.
Centrándonos un poco más en Philip y Lukas podemos ver cómo su relación, tanto de amistad como sentimental, va progresando. Pero eso sí, nadie sigue sin poder saberlo, ni siquiera que son amigos.
Hay varias escenas en las que los dos chicos se abren al otro y es donde los vamos a poder conocer un poco más. Una escena que de verdad me ha gustado en este episodio ha sido cuando destrozan un coche con un bate mientras beben.
Y si algo tiene Eyewitness es la misma realidad. Poco a poco, gracias a pequeñas acciones o situaciones, vamos conociendo a cada personaje. Así sabemos qué es lo que le gusta, que es lo que quiere, cuáles son sus miedos y otras incógnitas.
En este segundo episodio se producen dos muertes más. Esta vez no hay testigos y la investigación llevará a que los dos fallecidos han muerto a causa de las drogas. Los espectadores sabemos que no es así. Pero... ¿se dará cuenta la policía?
Otra cosa que tampoco falta son los giros argumentales. Ryan Kane es el asesino, pero ahora entrará en el juego teniendo otro papel y mostrando otra de sus caras.
Con Eyewitness no podemos despegarnos de la pantalla porque cuando menos nos lo esperemos todo cambiará de rumbo y hará que nos mordamos las uñas esperando lo que pasará a continuación.
Con el sorprendente final de esta semana solo nos queda esperar al próximo episodio.
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