Si algo tiene Vis a Vis es que, cuando piensas que empieza a flojear, resurge con más fuerza que nunca. Por eso, tras dos capítulos interesantes pero con más bien poca "chicha", llega un capítulo titulado Mamá que nos va a estrujar un poquito el corazón.
El capítulo comienza con su pregunta típica a las presas: ¿qué es la muerte? Y es acertado si nos paramos a pensar que Fátima y Zulema están en peligro de muerte en la prisión, especialmente la primera. Porque si bien nadie sabe todavía quién es Fátima, en una de las revisiones nocturnas (en la que todas las pertenencias de las presas acaban, junto a ellas, en el pasillo de la galería) Sandoval se encarga de comunicárselo al resto. Y no solo eso, porque hace elegir a Fátima dos mujeres para ir a aislamiento, ganándose todavía más odio.
En cuanto esto sale a la luz, las presas no tardan mucho en ir a por Fátima, especialmente Goya (todavía resentida por la herida que le provocó Zulema con los huesos de pollo). Así que, mientras la chica se está duchando, le obliga a lavarle sus partes íntimas y le deja claro cuál será su siguiente paso: comerle el coño. Aunque por el momento, Fátima no hace nada y simplemente se queda tirada en la ducha. Su madre, mientras tanto, observaba la escena lavándose los dientes, fingiendo que, en realidad no le importa nada en absoluto lo que hagan con ella. Aunque por la sangre que sale de su boca tras el cepillado, podemos ver que, en realidad, Zulema tiene su corazoncito.
Otro de los sucesos importantes (aunque un tanto confusos) que pasaron en el anterior episodio es que Altagracia intentó matar al mayor problema en la vida de Zulema: Castillo. Pero el policía, siempre preparado, llevaba un chaleco antibalas que le salvó, por desgracia para Altagracia. Su historia sale a la luz ante la policía y descubrimos que la mujer es una sádica sin remedio que "aparentemente" estaba rehabilitada, y por eso entró en Cruz del Norte como carcelera. Aunque está claro, por cómo Altagracia, siguiendo las órdenes de Zulema, secuestra a la exmujer de Sandoval, que en realidad nunca ha cambiado. Y para dejar constancia de ello, le manda una Barbie al director de Cruz del Norte con una foto de su mujer detrás.
Sandoval, cuando ve la Barbie, habla con Zulema para decirle que no va a salir de la cárcel. Y, aunque Sandoval es duro, la verdad es que el combo Zulema-Altagracia, lo es más.
Y aunque conocemos la parte dura de Zulema, en este capítulo veremos parte de su corazoncito. Porque a la mujer le duele tener a su hija por ahí, y por eso, cuando ella va a verla buscando protección, le dice que no quiere verla y va a hablar con Saray. Ni si quiera parece cabreada con la que fue su amiga, sino decepcionada porque parece que sus problemas se solucionarán cuando ambas tengan que enterrar a sus hijas, porque tiene claro que Fátima va a morir en Cruz del Norte.
Cuando Rizos se entera de que el motivo por el que la hija de Zulema está ahí es ella, se cabrea, y al final la gitana tiene que confesar que lo hizo para que Sandoval no tomase represalias por que ella venda droga. Aunque Rizos sabe perfectamente que eso no es excusa, porque conoce de la rivalidad entre las mujeres. Así que hace lo único que puede hacer: proteger a Fátima.
La hija de Zulema le cuenta a Rizos un poco más de su madre, y con eso conocemos un poco más del pasado de Zulema y la razón por la que no reconoció a su hija: porque, después de nacer, solo vio a su hija una vez. Aún así, el instinto maternal es el instinto maternal y, cuando Zulema se encuentra a Fátima en el gallinero dispuesta a matar a su gallina, le da a su hija el arma de huesos de pollo que usó contra Goya y le dice que vaya a por ella. La sangre Zahir corre por sus venas y por eso sabe que será capaz de ser fuerte.
Y llegados a este punto, las cosas parece que le empiezan a ir bien a Zulema... Y no tan bien a los demás. Porque Altagracia tiene a la mujer de Sandoval al borde de una piscina, atada, preparada para que, si el director no cumple lo que le pide, la tire al agua. Y Sandoval empieza a desesperarse un poco y cumple, lo que implica que Zulema sale de la cárcel.
El plan de Altagracia era que Hierro sacase a Zulema de la cárcel en un coche a cambio de la mujer del director. Y Sandoval, aún siendo un violador y habiéndola sido infiel, haría cualquier cosa por su mujer. Lo que no entiende, ni nosotras a decir verdad, es por qué Zulema quiere irse con Hierro. Cuando la mujer sale del coche y empieza a acusar a Hierro, sacando toda su vulnerabilidad, comprendemos que, quizá, Zulema se sienta un poco identificada con el carcelero. Porque al parecer a Hierro su padre le dio una paliza con nueve años que hizo que le extirparan el bazo.
Parece que todo está yendo de maravilla para las expresidiarias, pero todo se empieza a complicar. Cuando Zulema coge el coche y se va, la policía no tarda mucho en pillarla y Altagracia, cuando escucha eso, tira al agua a la mujer de Sandoval que, a juzgar por el avance de la semana que viene, muere ahogada.
¿Y en Cruz del Norte? Pues las cosas no van mejor. Porque Fátima sigue el consejo de su madre y va a por Goya, pero la mujer, con mayor fuerza física, tira a Fátima por el balcón de la galería. Le sale sangre del oído y parece que le falta el aire, a juzgar por cómo Saray la recoge sin parar de gritar que respire, pero, como se puede ver en el avance, parece que sobrevive.
Ha sido un capítulo con un final de infarto (y una maravilla a nivel televisivo), pero en el que hemos podido conocer un poco más del pasado de Zulema y del corazoncito de aquellos que no parecen tener sentimientos en Cruz del Norte. En el ecuador de esta temporada solo nos queda esperar a que se resuelvan el resto de dudas que se han planteado desde el principio de la temporada, y que Macarena vuelva pronto.
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