Ya pudimos conocer en el primer episodio de la nueva temporada que Victoria no es que sienta mucha atracción por su hija todavía, ella siente que le queda mucho por hacer antes que tener más hijos y en este capítulo vamos a ver mucho más que eso.
Albert quiere tener más hijos pronto, pero lo dicho, Victoria no parece querer lo mismo, pero esta no va a ser la única diferencia entre ellos que vamos a ver.
Vamos a conocer a un nuevo personaje que va a dar que hablar, al menos en este episodio. La persona en cuestión es Lady Lovelace (Emerald Fennell), una matemática a la que apoya fielmente Albert, tanto por la máquina que le presenta, llamémoslo calculadora gigante, tanto por sus saberes matemáticos y científicos. Es hija de George Byron y no parece llevarse muy bien con la Reina.
Victoria siente que Albert ve algo en Lady Lovelace que a ella le falta, por eso no tendrá ningún reparo en negarle ir a visitarla o cualquier otra acción que requiera la presencia de la mujer.
Albert no solo tiene que hacer frente a su mujer sino a su padre, Ernest. El Rey aprovecha la visita a Londres por el bautizo de su nieta para pedirle dinero a su hijo. Según él es para arreglar el palacio que recibe muchas visitas para conocer el lugar de nacimiento del príncipe consorte, aunque el destino de ese dinero no es otro que el de las mujeres.
Y si os parece un buen marrón lo que le cae a nuestro Albert, agarraos porque ¡vuelve un personaje que a él no le cae nada bien! Se trata de Lord M. Es verdad que cada vez que aparece el que fue primer ministro la relación entre Victoria y Albert pende de un hilo, pero que queréis que os diga, me encanta también la relación que tiene con la Reina, que le invita a una velada en palacio.
Al principio solo parecerá eso, una visita, que nada gusta a Alberto, y nada más. Pero obviamente no se va a quedar la cosa ahí. Victoria irá a visitarle a su residencia en una visita privada muy alejada de la política. Aquí la Duquesa de Buccleuch arremete contra la reina. Esta le dice que si Albert preguna le diga donde está, pero él no quiere saberlo por algo que sucedió la pasada noche. La Duquesa intentará decírselo a alguien hasta que llega al tío de Victoria, y no le hará ninguna gracia.
Cuando las noticias le llegan al príncipe no se puede creer que esté pasando otra vez, que Lord M. se haya vuelto a interponer en su relación. Porque sí, solo hará que se retrase la gran noticia. Desde hace días la Reina siente que el corpiño le aprieta más de la cuenta y siente náuseas. ¿Os suenan los síntomas? ¡Exacto! Victoria vuelve a estar embarazada.
Ya después de esto poco me queda por decir. Simplemente que una de las escenas que más bonitas me han parecido del episodio vienen de la mano de Albert y su hermano Ernest mientras ambos tocan en el piano.
Y también algo que devuelve todo a su cauce. Victoria visita la Royal Society y se topa con Lady Lovelace, quien se tiene que ir porque su hijo se ha caído. En ese momento Victoria conoce que tiene tres hijos y sin quererlo conecta con ella y la comprende más que nunca, como había hecho Albert previamente.
Todo parece terminar mejor de lo que empezó pero habrá que esperar para ver si todo sigue así.
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