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jueves, 24 de agosto de 2017

Juego de Tronos 7x06: Más allá del muro

Penúltimo capítulo de Juego de Tronos y empezamos, como promete el capítulo, más allá del muro. Y más allá de los problemas de reinas y tronos para centrarnos en el problema que los une a todos: los Caminantes Blancos. A por ellos ha ido un grupo variopinto que encabeza Jon Nieve con un objetivo: conseguir llevar un caminante a la mismísima Cersei.

Así que, conociendo un poco mejor a los integrantes del grupo, comenzamos. Jon mantiene una conversación con nuestro salvaje pelirrojo favorito: Tormund. Hablan sobre Daenerys y lo que esta le pidió si quería su ayuda: el Rey en el Norte tendría que arrodillarse.


Otras conversaciones que tienen lugar en parte de esta caminata tienen que ver con Gendry, que nos cuenta al fin lo que todos estábamos deseando saber: cómo es que sigue vivo. Y es que al parecer, cuando estaba en una celda, esperando a ser matado, el bueno de Davos le salvó de una muerte segura. También podemos presenciar una conversación entre los dos pretendientes de Daenerys cuando Jon le habla a Jorah sobre la muerte de su padre (que fue Lord Comandante de la Guardia de la Noche) y le da su espada, Garra, que le pertenece. Pero Jorah deshonró su apellido así que le devuelve la espada a Jon. Yo creo que, claramente, sabía que la iba a necesitar y a ver cómo se las apañaba Jon sin armas.

Aunque lo que hay más allá del muro será lo que más nos preocupe en este capítulo, también iremos a Invernalia. Allí continuaremos con una trama que se abrió en el 7x05, cuando Arya encontró un pergamino que Meñique quería especialmente que encontrase. El pergamino fue uno que los Lannister obligaron a escribir a Sansa cuando estaba bajo su poder. Y Arya aprovecha la ocasión, mientras mira al patio de su hogar y recuerda la primera vez que disparó un arco y su padre la apoyó, aplaudiendo, para recriminarle a su hermana cómo traicionó a su familia. Aunque Sansa sabe que no es cierto, puesto que intentó hacer lo posible por salvar a su padre y a penas era una niña (el personaje ha madurado mucho con las temporadas), no puede evitar sentir miedo por si su hermana se atreve a cumplir con su amenaza y enseñar el pergamino a todos los Señores del Norte que ahora la apoyan.


De nuevo con los viajeros, Tormund habla esta vez con El Perro sobre Brienne, de la que parece prendado. Yo lo siento, pero Brienne tiene que acabar con Jaime Lannister. Y otra conversación que tiene lugar (porque para qué vamos a negarlo, el camino es largo, tienen que emplear el tiempo en algo) es entre Jon con los caballeros de la Hermandad sin Estandarte. Él, al igual que uno de ellos, ha resucitado y ellos todavía piensan que, si es así, es porque tienen un destino que cumplir. Y quizá ese destino sean los Caminantes.

Al otro lado, en Rocadragón, Daenerys se encuentra hablando con Tyrion sobre lo temerarios que han sido todos los hombres que han estado interesados en ella. Tyrion lanza indirectas a la Madre de Dragones sobre la relación que la une con Jon y la mujer responde con que Jon le viene pequeño. Aunque no será solo este comentario de lo que hablen, sino que Tyrion expresará a la chica sus dudas sobre el futuro de la corona y su incapacidad de tener descendencia. Daenerys, como es de esperar, se cabrea y le espeta que hablarán de sucesión cuando tenga la corona.

Los Caminantes no son lo único que nos va a preocupar en próximos capítulos. Así nos lo quieren dejar claro en este. Al menos, no los humanos. Porque los animales también pueden ser transformados, y como consecuencia vemos a un oso que se enfrenta a nuestro grupo. Acaban saliendo victoriosos, con el hombre que sabe resucitar (Thoros de Myr, de la Hermandad sin Estandarte) herido. Y unos cuantos hombres caídos también, pero como no los conocíamos tampoco es muy importante. Ni se detienen en ellos, la verdad.


De vuelta en Invernalia, Sansa le cuenta sus preocupaciones a Meñique, aunque quizá no debería. El hombre obtiene lo que quiere, su confianza, y le recomienda a la chica hacer que Brienne la proteja, aunque sea de su propia hermana.

Pero Meñique en este capítulo es lo de menos (aunque temo que tenga algo muy grande preparado, es muy peligroso), así que volvemos más allá del muro (creo que vais pillando por qué se llama así el capítulo), donde vuelven a la lucha. Pero, durante esta lucha, consiguen lo que quieren, llevarse a un caminante. Pero cuando están dispuestos a volver, quedan en medio de un lago helado, rodeados por muchísimos caminantes y el Rey de la Noche al otro lado, mirando hasta que puedan atacar. Bueno, todos no quedan atrapados, porque Jon manda corriendo a Gendry al muro para avisar a Daenerys. Ahora ella es la única oportunidad de que salgan con vida. Al menos los que quedan, porque Thoros muere congelado, finalmente. Ya no quedan más vidas para Beric Dondarrion sin su resucitador particular.

Se acerca el final intenso para todas partes. Pero antes vemos como Sansa recibe una invitación para que acuda a Desembarco del Rey. Pero la chica, que se niega a pisar esa tierra, quiere mandar a Brienne de Tarth en su nombre. La mujer no quiere dejar a la joven Stark sola con Meñique, pero no es que Sansa le de muchas opciones. Al fin y al cabo, ahora es señora de Invernalia y Brienne juró servir a los Stark.


La velocidad de Gendry sirve de algo porque, aunque llega un poco en mal estado al muro, puede mandar los cuervos a Daenerys. Y cuando la chica se entera, se pone su vestido de guerra al más puro estilo de los Señores de la Noche, coge a sus dragones y se dispone a ir a salvar al grupo. ¿O quizá debería decir a Jon Nieve? Porque aunque Tyrion intenta disuadirla, ella no cede, y no cabe duda que es por el Rey en el Norte.

Daenerys tarda poco en llegar con, atención, todos sus dragones. Y ahí llega la lucha. Porque el grupito había perdido un poco la esperanza después de que El perro, al tirar una piedra, hiciese cruzar a todos los caminantes. Pero Daenerys está ahí para salvarlos y, a lomos de sus dragones, se pone a lanzar fuego a diestro y siniestro. El Rey de la Noche, mientras tanto, observa. La chica intenta rescatarlos a todos e intenta dar la mano a Jon, pero el chico no la acepta, luchando aún con los Caminantes. Daenerys decide esperar que el muchacho se decida (porque, si ya estaban todos a salvo, no entiendo las ganas de hacerse el héroe) pero, mientras espera, el Rey de la Noche hace su mejor lanzamiento de jabalina contra uno de sus dragones y... Bueno, el final no es muy bueno para Viserion, que acaba muerto, hundido en las profundidades del lago. Y, cuando el dragón muere, Daenerys se tiene que marchar con el resto si no quiere que acaben muertos también. Pero sin Jon, que queda sepultado por los Caminantes.


Pero no es tan fácil matar a nuestro bastardo favorito. Resurge del agua, coge su espada y, cuando los Caminantes se estaban retirando, sigue con la lucha. Aunque está malherido y por eso necesita ayuda extra, la de Benjen Stark, su tío, que llega moviendo una cosa en llamas. Su aparición es breve, pero le da tiempo a salvar a su sobrino, subirle a su caballo y quedarse ahí, haciendo un sacrificio que ni Leonardo Di Caprio en Titanic (venga, nos creemos lo de la tabla, pero, ¿que solo pueda ir una persona en el caballo? Eso ya no). Aunque quizá el desenlace sea bueno para él y salga vivo de ahí. Tengamos esperanza. En lo alto del Muro, Daenerys espera con Jorah a que llegue Jon. Y, cuando se da por vencida, Jorah ve al Rey en el Norte llegar a lomos del caballo. Y casi podemos ver el alivio en la cara de Daenerys.

La trama de Invernalia se cierra por este capítulo cuando Sansa descubre en una bolsa de su hermana su colección de rostros. Y, cuando Arya la descubre a ella, tiene que dar explicaciones. Pero Arya parece mucho más peligrosa y diferente a lo que su hermana recordaba y amenaza a la chica con llevarse su cara también y convertirse en ella. Sin duda, la relación entre hermanas está más tensa que nunca, espero que Jon llegue pronto a calmar el ambiente.


El capítulo concluye con dos cosas. Por un lado, con Daenerys en la habitación en la que Jon, sin camiseta y con todas las heridas que lo llevaron a la muerte visibles, se recupera. Cuando despierta, mantienen una conversación que, a día de hoy, todavía me tiene afectada. Porque la chica admite que tenía estar ahí para creerle y le ofrece su ayuda. Jon se disculpa por lo que le ha pasado a su dragón y dice que, de estar de pie, se arrodillaría ante ella (seguro que es para pedirla matrimonio, a mi no me engañan). También hablan de la imposibilidad de la chica de tener descendencia, que no parece importar al bastardo. Pero aquí lo que nos deja claro LA RELACIÓN, sí, con mayúsculas, es que Jon llama a la chica Dany y ella se remonta a un tiempo pasado, cuando su hermano la llamaba así. Jon busca de inmediato otra forma para llamarla y esa no es otra que: mi reina. Y luego se dan las manitas pero Daenerys se va de la sala, un poco turbada. Y mientras, yo celebrando la conversación.

Es que miradlos, es el destino.
Lo último que pasa, y que nos deja a todos con una mezcla de miedo y expectación, es que los Caminantes rescatan a Viserion del lago y el Rey de la Noche le toca. Lo último que vemos es el ojo azul de Viserion abrirse, indicándonos que los osos no van a ser lo peor a lo que se van a enfrentar. Porque hay dos dragones de fuego en el tablero, pero ahora también hay uno de hielo.

Así acaba este capítulo que nos deja con muchas ganas para el siguiente. Con muchas dudas y, sobre todo, con muchas ganas de ver la gran batalla final. De ver con qué nos depara de nuevo esta serie. Y, sin duda, vamos a echarla de menos hasta que vuelva en 2018.

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