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martes, 27 de febrero de 2018

The Walking Dead 8x09: Honor

The Walking Dead nos tenía acostumbrados a volver por San Valentín, aunque este año ha decidido retrasarse un par de semanas. Quizá porque empieza con un capítulo que más bien es una continuación del intento de cliffhanger que se hizo en el 8x08.

La primera mitad de la temporada acabó con el descubrimiento de que Carl había sido mordido e iba a morir, y los guionistas no han querido dejar la muerte de uno de los personajes iniciales ahí. Si ya le han dedicado una temporada entera a la memoria de Glenn, qué menos que dedicarle un capítulo a Carl. Porque sí, eso es lo que pasa durante prácticamente todo un capítulo que resuelve dudas planteadas al principio de la temporada. 

Estas dudas son las referentes a los tres Ricks que podíamos ver en el 8x01. El Rick revolucionario lo vimos durante toda la primera mitad, pero nos faltaban todavía el Rick que lloraba y el Rick del futuro. Con la muerte de Carl tan clara el primero está claro, pero nos enteraremos más adelante de por qué esas visiones de futuro.


Aunque el capítulo empieza exactamente como empezó el 8x01, seguiremos con un repaso de las últimas horas de vida de Carl desde que sabe que va a morir. Decide asearse, esconder a Sirik en el túnel hasta hablar con Rick (el hombre de la gasolinera al que salvó), pasar tiempo con Judith y arreglar todos los asuntos de Alejandría. Ya vimos que, además, escribió unas cuantas cartas de despedida para todos los que eran importantes para él. Vamos que Carl ha crecido y se ve cierta madurez en estos actos, en los que se preocupa de disfrutar de sus últimos momentos de vida más que lamentarse por ello.

Tras esto empezamos con la segunda trama del capítulo, bastante lenta debo decir. Y esta trama implica a Morgan y Carol que intentarán matar a todos Los Salvadores de El Reino para salvar a Ezekiel, al que todavía tenían cautivo, esperando órdenes para que Negan le matase con su bate. Ezekiel no pierde la esperanza por mucho que le digan que va a morir, quizá porque sabe que Carol y Morgan andan por ahí dispuestos a matar a todos aquellos que hagan falta. Irónico si tenemos en cuenta que ambos pasaron por una etapa anti muertes.


A pesar de conocer ya las últimas horas de vida de Carl, nos quedaba saber qué pasó en el túnel. Allí todos los de Alejandría esperaban a que Los Salvadores dejasen de bombardear el pueblo para poder salir hacia Hilltop. Y, mientras, Carl se dedica a pasar tiempo con Rick, Michonne, Daryl y Judith. Aunque más bien todo esto es una despedida en la que acaba entregándoles las cartas que redactó por si no podía despedirse en persona. Algunas de las cosas pendientes que tenía Carl era presentarles a Sirik que, además, es médico. El hombre está realmente agradecido por lo que ha hecho Carl por él y promete honrarle, lo que implica que ahora es un miembro más de Alejandría. Un pueblo que, tras los acontecimientos parece más fuerte que nunca, ya lo dice Daryl antes de que todos se marchen cuando Los Salvadores ya no están: "Todos juntos seremos su peor pesadilla".

La trama de Carol y Morgan acaba con ellos matando a todos Los Salvadores menos al líder del grupo que se encargaba de El Reino, al que Morgan deja último para poder matarle en honor a la memoria del hermano de Henry, al que él mató. Pero Morgan hace las cosas con tanta lentitud, y duda debido a la inseguridad que le provoca volver a matar, que al final es el propio Henry (sí, un niño), quien acaba matándole con una de las varas de Morgan.


Después de esto nos queda volver a Carl, el protagonista indiscutible de este capítulo. Daryl se lleva a Judith pero no sin antes despedirse de Carl, y una sola mirada es suficiente para saber que le duele casi tanto como a su padre. Él y Michonne se quedarán para pasar los últimos momentos de la vida de Carl a su lado y deciden sacarlo del túnel para que pueda morir en un sitio mejor. Aunque cuando llega la hora de matarle para evitar que se convierta en zombie, ninguno es capaz de hacerlo. Es Carl, más maduro que nunca, quien decide acabar con su vida. Y antes de eso, explica a Rick (y a todos) qué eran esas imágenes que estábamos viendo: eran el futuro que Carl esperaba para todos ellos. Un futuro en el que Rick, con más barba, construiría un lugar en el que todo el mundo se ayudaría y no harían falta más muertes. Ni si quiera la de Negan, que también aparece en las visiones de Carl, ayudando con las plantaciones y saludando como si fuese su mejor amigo a una Judith más mayor.

Tras esta bonita imagen de futuro escuchamos como la pistola con silenciador acaba con la vida de Carl sin que Rick y Michonne estén presentes para verlo. Tan solo se limitan a enterrarlo en silencio. Parece que esto será todo, un final para Carl y un capítulo que resuelve dudas y que casi podría ser conclusivo. Pero no, porque lo último que veremos será a Rick en un árbol, con la mano llena de sangre de una herida que tiene en el cuerpo. ¿Será una mordida de zombie? ¿Un disparo? ¿El futuro que Carl imaginaba no incluía a Rick?


Así acaba el primer capítulo de esta segunda mitad de temporada que nos deja con incógnitas pero que no recupera el ritmo y la fuerza que tenían las primeras temporadas de la serie. Quizá es hora de ir cerrando frentes e ir concluyendo la serie antes de degenerar en temporadas cada vez más vacías de contenido y con imágenes que claramente van destinadas a rellenar tiempo. Aunque hemos podido ver momentos bonitos de mención a los otros sitios en los que se ha desarrollado la acción o la cesión del famoso gorro de Rick a Judith con una explicación de lo que significa, ni si quiera la muerte de otro de los personajes principales supone una sorpresa. ¿Ha dejado The Walking Dead de ser lo que era?

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