The Walking Dead ha empezado de lo más confuso. Sabemos que la venganza está en marcha y por eso los tres grupos, dentro de su unidad, crean grupos de ataque. Ya vimos como la semana pasada el hogar de Negan se quedaba infestado de zombies y esta semana los ataques continuarán.
Sin embargo empezamos con unos primeros planos de algunos de los componentes del grupo: Rick, Daryl, Aaron, Carol... Están divididos en varios grupos y sus caras parecen de determinación. Y tras esto, uno de los grupos entra disparando en uno de los sitios que tienen Los Salvadores.
Como he dicho antes, el grupo está unido pero, dentro hay cuatro divisiones. La primera de ellas es la formada por Rick y Daryl y algunos más, que van a una casa de Los Salvadores a buscar armas. A parte del hecho de que Los salvadores parezcan estar en todas partes y hayamos tardado siete temporadas en encontrarnos con ellos, siempre es un placer ver a Rick y Daryl juntos. Forman un buen equipo y, sin duda, da mucho juego.
El segundo grupo lo forman Morgan, Tara y Jesus que van a otro lugar a disparar a unas cuantas personas. Pero Jesus es muy pacifista y no quiere matar a todos Los Salvadores, así que intenta ofrecer la rendición a unos cuantos... Aunque el plan no le sale muy bien. Porque cuando parece que hay un Salvador dispuesto a colaborar, acaba jugándosela y apuntándole con una pistola. Tara, que ya sospechaba de él, le apunta y al final Jesus consigue reducirle. Aunque el incidente no le quita de la cabeza la idea de que todo el mundo merece una segunda oportunidad, hasta Los Salvadores.
Ezekiel, Carol y algunos guardias de El Reino forman el tercer grupo. Al parecer este grupo buscan a un Salvador fugado y herido. No hay mucha acción en esta parte salvo un Shiva salvaje que aparece en determinado momento dejando claro que sabe perfectamente diferenciar a los buenos de los malos (ya es más listo que algunos de los humanos de la serie). Pese a no haber mucha acción, vemos algunos zombies muertos y a un Ezekiel tremendamente positivo hasta en los momentos más negros, algo que no casa muy bien con Carol, a la que el tiempo ha hecho ser más dura.
En el último grupo están Aaron y su novio, acompañados por los coches acorazados. Todos sus acompañantes disparan a Los Salvadores intentando salir con vida de ahí y acabar con el mayor número de personas. El resultado de la lucha son unos cuantos Salvadores muertos que se acaban convirtiendo en zombies (que matan a más salvadores) y al novio de Aaron con una bala en el estómago. ¿Saldrá de esta?
El que sí que sale de una parecida es Morgan. El público tiene claro que este personaje es el más complicado de matar de todos. Lleva desde la primera temporada en pie y ni la locura, ni sus intentos pacifistas han conseguido que su instinto de supervivencia se apague. Él también lo sabe, y lo dice en determinado momento del capítulo: "yo no muero". Y para ilustrarlo, cuando unos Salvadores les tienden una trampa, Morgan parece que ha caído al suelo muerto, pero acaba resurgiendo y al final, cuando Jesus está ofreciendo rendición a un montón de Salvadores, aparece para ver qué está ocurriendo. Lo que acaba viendo es a una persona conocida, un chico rubio de pelo largo que despierta los instintos asesinos que tiene tan refrenados. Menos mal que Jesus está en medio para poner paz.
Pero Jesus no está acompañando a Rick y a Daryl así que, cuando las cosas se complican y algunos Salvadores aparecen para impedir a Rick conseguir las armas, Rick acaba matando a uno de ellos. Pensaba que la habitación que estaba custodiando era la de las armas pero en realidad era la habitación de su hija pequeña. Rick se arrepiente de inmediato de lo que ha hecho y se ve obligado a mirarse ante el espejo después de lo que ha hecho. Parece que la humanidad de Rick está volviendo a llamar a la puerta.
Pero no será la única sorpresa con la que se encontrará Rick. Porque cuando vaya a otra habitación de la casa se encontrará con un viejo conocido. Es normal que no le hayáis reconocido, hasta a Rick le cuesta. Porque han pasado siete temporadas. Morales, uno de los compañeros de Rick y los suyos en el campamento de Atlanta está de vuelta. Y no está de parte de Rick, sino de la de los Salvadores. Porque apunta a Rick y le dice que ha avisado a Negan y que esto ha acabado. Rick, perturbado por lo ocurrido y por haberse encontrado con alguien de su pasado (le quedan pocos de Atlanta, recordemos que salvo Morgan, Daryl, Carol y Carl, todos han muerto ya), se queda ahí parado.
Quizá eso sea lo que haga recapacitar a Rick y hacer que aparezca el Rick lloroso del primer capítulo, el que intentaba poner su humanidad por encima de su ira. Todavía es imposible de saber y parece que The Walking Dead quiere jugar al misterio al menos unos capítulos más.
Este capítulo acaba con los mismos primeros planos que hemos visto al principio pero con caras bien diferentes después de los conflictos del capítulo. Ha sido un capítulo que más que venganza, ha querido mostrarnos la parte más humana de los protagonistas. ¿Qué nos deparará el siguiente? La temporada no empieza mal, pero es algo diferente a lo que estamos acostumbrados, esperemos que acaben sorprendiendo como hacen siempre.
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