David Sousa Moreau, director de Reevolution, presentó la película acompañado de Leo Rivera y Gorka Otxoa, dos de los protagonistas de su thriller de acción y crítica política que interpretan a Doni y a Jack, respectivamente. Tuvimos, desde FilmHunters, la oportunidad de entrevistar a los tres y de sacarles fotos en el photocall que organizaron con el material de la película. Puede que algunas respuestas tengan spoilers de la película y, si queréis ver Reevolution, se estrenó el viernes 8 de noviembre en los Cines Renoir de Madrid. ¡Aquí tenéis nuestra crítica!
¿Cómo surge la idea de la película? ¿Cómo acabáis en el proyecto?
David Sousa: ¿Qué?
Leo Rivera: Pues empieza tú.
D.S.: ¿Empiezo con la idea y vosotros contáis cómo acabáis ahí liados? Vale. El germen. Quería hacer una película muy entretenida, pero que, cuando la gente acabara de divertirse y de verla, fueran más inteligentes que cuando entraron en el cine. Entonces, tenía la imagen de un personaje que daba un mensaje, y a partir de ahí empecé a tejer para atrás, y decidí crear un gran puzle. Me fui quince días a casa de mi abuela, me puse a escribir, muy rápido, volví: “esta es la película”. El primer borrador, ¿no?
Y, luego… Pues al principio, tenía la película escrita, no pensaba hacerlo. Pero luego con el tiempo fue cuando entró Leo… (A Leo) Ahora sigues tú.
L.R.: (Se ríe) Yo me leí el guion un verano en Palma, en el… 2007, 2006, por ahí. Y dije “esta película hay que hacerla como sea, tío”. Me volví flipado, a partir de ahí ya empecé a contárselo pues a todos mis colegas, a Gorka, a todos los actores con los que queríamos contar, más o menos. Les pasamos el guion para que se lo leyesen. David ya acabó viniéndose a vivir aquí a Madrid para empezar a mover la peli, y esto fue… (A David) al principio de que tú llegaras aquí a Madrid, esto fue como en el… 2010…
D.S.: Sí, 2010, 2011… No sé, por ahí.
L.R.: Nos llevamos veinte mil hostias todos, tal, hasta que decidimos hacer la peli.
D.S.: Pues puede ser…
Gorka Otxoa: Yo cuando me la leí, todavía no estabas tú aquí en Madrid.
D.S.: No, yo vine… Me pegué un salto. (A Gorka) Te conocí en el teatro, me acuerdo. (Se ríe) No sabía quién eras. (Se ríen todos) No sabía quién era nadie, no me enteraba de nada.
¿Y ha cambiado mucho la película desde el primer montaje hasta el que habéis presentado?
L.R.: Se ha sintetizado.
D.S.: Se ha compactado.
L.R.: Claro. El primer guion que nos leímos todos fue el entero, el de…
D.S.: Trescientas páginas, colega.
L.R.: (Se ríen) El del Señor de los Anillos. Pero luego es verdad que claro, la peli se ha acortado, pero yo creo que la esencia de la película está toda, vamos.
D.S.: Sí, la atmósfera, el mensaje, la esencia, el alma y la trama son la misma. ¿Qué se ha perdido? Yo tenía pensada una serie de televisión, pero no estaban de moda todavía. Y luego intenté escribir una peli de dos horas y media, que se me fue la mano y escribí tres. Y cuando empecé a montar, dije: “madre de Dios…”. Tú imagínate este ritmo durante… A las dos horas y veinte, ocurría una cosa muy rara, en el primer visionado que hice yo, yo la vi, y nunca había sentido eso de, de repente, estar viendo imágenes, como estar lobotomizado, y no puedes… Reventado. Dije: “hostias, me he reventado la cabeza”. No me había ocurrido nunca. En blanco, viendo imágenes y decir “no puedo entender, no oigo, no veo, no entiendo”. Era como que me había vuelto loco. […] Entonces se compactó, se fue quitando, se fue quitando todos los adornos, todas las escenas de alrededor, se quitó un personaje, se empezó a raspar, a raspar, a raspar… y se quitó mucho de la manera en que ellos hacen, la manera en que ellos organizan ahora ha quedado en una escena de seis, siete minutos y eso era… media hora o veinticinco minutos con mogollón de escenas muy graciosas, se desarrollaba mucho la relación entre ellos, se desarrollaba mucho la relación entre tú (a Gorka) y Hovik… Tenías muchas escenas graciosas, habían escenas de dibujos animados… buah, había de todo, es que eso era un despropósito. Era (se ríen) era ‘Ben-Hur’, pero en grande (se ríen).
En relación a los personajes, ¿por qué la inspectora es americana? ¿Por qué no un personaje más nacional, por qué decidiste extenderlo?
D.S.: Me molaba mucho que las personas de repente se preguntaran: “¿qué coño hace esta tía aquí?”. Es decir: “¿qué habrán hecho estos pavos como para que…?”. Y además, cuando ella viene, que dice que es especialista en terrorismo, y tú no sabes todavía ni lo que han hecho, dices: “madre, pero estos pavos, ¿qué han hecho, tío?”. (Se ríe) Porque les ves carita de piltrafillas ahí en el interrogatorio y dices: “¿pero estos pavos qué han hecho, tronco?”. Porque ves ahí al pobre chico que se separa, el otro que no vende su proyecto… pues todos muy buena gente, ¿no? Y dices: “¿y viene una persona de la CIA, experta en terrorismo aquí, a pegar hostias por todos lados? Estos tíos la han liado muy parda”.
G.O.: Le da una repercusión internacional que dices: “hostias”.
D.S.: Y luego, porque me mola mucho…
L.R.: Y porque Jordan mola mucho, qué cojones. (Se ríen todos)
D.S.: Jordan es una actriz que te cagas…
G.O.: Tener a Jordan aquí es un regalazo.
D.S.: Es un regalazo, es una actriz descomunal, es una compañera acojonante, me mola mucho grabar en inglés, me flipa. Me he acostumbrado viendo películas yankies, tío, me molan mucho las pelis en inglés, y me molan mucho los idiomas, porque yo soy francés… Me molaba que hubiera muchos idiomas. Me gusta ese… Quería que pareciera una peli americana. No quería que se reconociera Madrid, y yo creo que en ningún momento dices: “hostia, esto se ha rodado en Madrid, esta es la calle de… este es el bar de Paco”, no. No hay bar de Paco.
David Sousa: ¿Qué?
Leo Rivera: Pues empieza tú.
D.S.: ¿Empiezo con la idea y vosotros contáis cómo acabáis ahí liados? Vale. El germen. Quería hacer una película muy entretenida, pero que, cuando la gente acabara de divertirse y de verla, fueran más inteligentes que cuando entraron en el cine. Entonces, tenía la imagen de un personaje que daba un mensaje, y a partir de ahí empecé a tejer para atrás, y decidí crear un gran puzle. Me fui quince días a casa de mi abuela, me puse a escribir, muy rápido, volví: “esta es la película”. El primer borrador, ¿no?
Y, luego… Pues al principio, tenía la película escrita, no pensaba hacerlo. Pero luego con el tiempo fue cuando entró Leo… (A Leo) Ahora sigues tú.
L.R.: (Se ríe) Yo me leí el guion un verano en Palma, en el… 2007, 2006, por ahí. Y dije “esta película hay que hacerla como sea, tío”. Me volví flipado, a partir de ahí ya empecé a contárselo pues a todos mis colegas, a Gorka, a todos los actores con los que queríamos contar, más o menos. Les pasamos el guion para que se lo leyesen. David ya acabó viniéndose a vivir aquí a Madrid para empezar a mover la peli, y esto fue… (A David) al principio de que tú llegaras aquí a Madrid, esto fue como en el… 2010…
D.S.: Sí, 2010, 2011… No sé, por ahí.
L.R.: Nos llevamos veinte mil hostias todos, tal, hasta que decidimos hacer la peli.
D.S.: Pues puede ser…
Gorka Otxoa: Yo cuando me la leí, todavía no estabas tú aquí en Madrid.
D.S.: No, yo vine… Me pegué un salto. (A Gorka) Te conocí en el teatro, me acuerdo. (Se ríe) No sabía quién eras. (Se ríen todos) No sabía quién era nadie, no me enteraba de nada.
¿Y ha cambiado mucho la película desde el primer montaje hasta el que habéis presentado?
L.R.: Se ha sintetizado.
D.S.: Se ha compactado.
L.R.: Claro. El primer guion que nos leímos todos fue el entero, el de…
D.S.: Trescientas páginas, colega.
L.R.: (Se ríen) El del Señor de los Anillos. Pero luego es verdad que claro, la peli se ha acortado, pero yo creo que la esencia de la película está toda, vamos.
D.S.: Sí, la atmósfera, el mensaje, la esencia, el alma y la trama son la misma. ¿Qué se ha perdido? Yo tenía pensada una serie de televisión, pero no estaban de moda todavía. Y luego intenté escribir una peli de dos horas y media, que se me fue la mano y escribí tres. Y cuando empecé a montar, dije: “madre de Dios…”. Tú imagínate este ritmo durante… A las dos horas y veinte, ocurría una cosa muy rara, en el primer visionado que hice yo, yo la vi, y nunca había sentido eso de, de repente, estar viendo imágenes, como estar lobotomizado, y no puedes… Reventado. Dije: “hostias, me he reventado la cabeza”. No me había ocurrido nunca. En blanco, viendo imágenes y decir “no puedo entender, no oigo, no veo, no entiendo”. Era como que me había vuelto loco. […] Entonces se compactó, se fue quitando, se fue quitando todos los adornos, todas las escenas de alrededor, se quitó un personaje, se empezó a raspar, a raspar, a raspar… y se quitó mucho de la manera en que ellos hacen, la manera en que ellos organizan ahora ha quedado en una escena de seis, siete minutos y eso era… media hora o veinticinco minutos con mogollón de escenas muy graciosas, se desarrollaba mucho la relación entre ellos, se desarrollaba mucho la relación entre tú (a Gorka) y Hovik… Tenías muchas escenas graciosas, habían escenas de dibujos animados… buah, había de todo, es que eso era un despropósito. Era (se ríen) era ‘Ben-Hur’, pero en grande (se ríen).
En relación a los personajes, ¿por qué la inspectora es americana? ¿Por qué no un personaje más nacional, por qué decidiste extenderlo?
D.S.: Me molaba mucho que las personas de repente se preguntaran: “¿qué coño hace esta tía aquí?”. Es decir: “¿qué habrán hecho estos pavos como para que…?”. Y además, cuando ella viene, que dice que es especialista en terrorismo, y tú no sabes todavía ni lo que han hecho, dices: “madre, pero estos pavos, ¿qué han hecho, tío?”. (Se ríe) Porque les ves carita de piltrafillas ahí en el interrogatorio y dices: “¿pero estos pavos qué han hecho, tronco?”. Porque ves ahí al pobre chico que se separa, el otro que no vende su proyecto… pues todos muy buena gente, ¿no? Y dices: “¿y viene una persona de la CIA, experta en terrorismo aquí, a pegar hostias por todos lados? Estos tíos la han liado muy parda”.
G.O.: Le da una repercusión internacional que dices: “hostias”.
D.S.: Y luego, porque me mola mucho…
L.R.: Y porque Jordan mola mucho, qué cojones. (Se ríen todos)
D.S.: Jordan es una actriz que te cagas…
G.O.: Tener a Jordan aquí es un regalazo.
D.S.: Es un regalazo, es una actriz descomunal, es una compañera acojonante, me mola mucho grabar en inglés, me flipa. Me he acostumbrado viendo películas yankies, tío, me molan mucho las pelis en inglés, y me molan mucho los idiomas, porque yo soy francés… Me molaba que hubiera muchos idiomas. Me gusta ese… Quería que pareciera una peli americana. No quería que se reconociera Madrid, y yo creo que en ningún momento dices: “hostia, esto se ha rodado en Madrid, esta es la calle de… este es el bar de Paco”, no. No hay bar de Paco.
Teniendo en cuenta que se trata el concepto del individualismo en la película, ¿por qué son los compañeros de Doni los que defienden su idea y no él mismo?
D.S.: En un primer momento, cuando hay la escena que nosotros llamamos el porqué, por qué están hasta los “gingers”, ese es el hastío, eso no es el mensaje. El mensaje está montado en paralelo. Le ves a él explicarlo y les ves a ellos defenderlo, ¿vale? Eh… No lo sé, nunca me he parado a pensarlo, te voy a ser honesto, no me he parado a pensarlo. Si quieres lo pienso, y así, si de repente tengo un día el bombillazo de por qué lo hice así… Me gustaba que la voz fuera plural. Me gustaba la cinética de que hubiera diferentes puntos de vista. Tenía claro que él (Gorka) representaba a la gente descontenta, Hovik representaba que la justicia existiera, y que no hubiera injusticias en el sistema, y el personaje de David, el emprendedor, el de Fele, defendía un poquito que el emprendedor y la economía existiera. Y él (Leo) defendía que el individuo se sintiera realizado, ¿no? Entonces quería esos cuatro ejes y quería un poquito que cada uno lo contara a su manera. Y también porque toda la película es un poquito eso, es decir, coge cuatro personalidades muy diferentes para que, si tú no te identificas mucho con Doni, a lo mejor, por lo que sea, porque tienes una vida diferente, ¿no? Representa un poco la vida de todo el mundo, pero a lo mejor hay personas que tienen una vida más excéntrica y a lo mejor se van a identificar más con (señala a Gorka) el señor. O se van a identificar más con Hovik. O sea, quería un poquito que las personas tuvieran alguien a quien acogerse y a quien seguir. Entonces, como que repiten el mismo mensaje, de hecho, físicamente lo repiten, lo verbalizan varias veces, desde diferentes ángulos o percepciones también para que tuviera un volumen, el mensaje. Que no fuera simplemente unidireccional, sino que pudieras verlo desde diferentes facetas o perspectivas. Creo que debe ser eso. (Se ríe) Podría ser.
G.O.: (Bromeando) Sin duda alguna.
L.R.: Tú sabrás (se ríen). Tú me dirás.
G.O.: (Riéndose) Si no lo sabes tú…
Y, aunque toda la película es una crítica al sistema, para conseguir el cambio utilizan los mismos medios que critican del sistema. ¿Por qué?
L.R.: Ostras… Bueno, son un poco las herramientas con las que cuentan, ¿no?
D.S.: Son las herramientas, sí, yo creo que ahí, la frase de Fele es: “así es como nos manipulan, caballero, y con sus propias armas es como vamos a destruirles”. Es decir, que al final sí es verdad que los medios de comunicación tienen un poder altísimo… No creo que manipulen a las personas, no creo que estén manipulando. Es decir, el análisis es un poquito más duro, es: están dándole a la gente lo que la gente quiere. La gente quiere ser manipulada, la gente quiere que la información sea sensacionalista, la gente quiere que en los noticiarios haya muertes, es decir, la televisión da a la gente lo que les da audiencia y dinero, ¿vale? Entonces no nos engañemos en ese sentido. ¿Que ellos cambian la información para que guste? Evidentemente. ¿Que ellos utilizan ese lenguaje y utilizan esas herramientas para, de repente, hacer pensar a la gente? Pues sí. Es un poquito ese… Yo creo que, ¿cómo lo harías, si no? ¿Qué otra opción hay? Es decir, ¿cómo quieres de repente mandar un mensaje global a toda la humanidad si no es irradiando algo de una contundencia y de una violencia suficientemente grande como para que el mensaje llegue? Es decir, es que creo que hay una necesidad de hacerlo así, creo que también es que, ¿cómo lo haces si no?
Y el sistema que plantea es un sistema individualista en el que las personas se hagan cargo de sus propias responsabilidades. ¿Crees que funcionaría ese sistema si hay gente que no quiere hacerse cargo de ellas?
D.S.: Creo que el sistema es absolutamente imperfecto y no funcionaría bien, pero creo que es mejor que los otros porque la velocidad de aprendizaje y de corrección de rumbo es más alta que en los otros, porque no hay tantos intermediarios en la toma de decisiones. Es decir, tú tomas una decisión, te pegas la hostia, tal. Y luego, porque las personas… Es decir, hay personas que no quieren hacerse cargo, ¿no? Hay personas que, por ejemplo, dicen “quiero pincharme heroína y no quiero trabajar y…”. Bien. Pero es que tienen derecho. Es que no tenemos por qué moralmente ser personas elevadas o cojonudas. Es una decisión individual, las personas tienen derecho a ser zopencos mientras no ataquen físicamente a las demás, no roben a las demás y no coaccionen por la fuerza o la violencia a las demás para que hagan cosas que no quieran. Ni esclavitud, ni robo, ni agresión física. Si eso está trascendido, las personas también son libres de aprender… Hay gente que se va a destruir, pero es que se están destruyendo igual. No creo que, a una persona que quiera destruirse, el sistema la esté salvando. Entonces…
G.O.: No, el sistema la ayuda a que se autodestruya más, de hecho.
D.S.: Probablemente incluso haya una fuerza de presión encima que, a lo mejor, no sería tan fuerte. No sé, no sé si eso mejoraría o no, no tengo ni idea. Es experimental, nunca se ha hecho, con lo cual no te puedo decir si funcionaría o no. Lo que sí tiene es eso, es decir, yo creo que un sistema es bueno cuando se adapta rápido. La vida es cambiante, todo es móvil, las personas… Si yo tengo una persona que está tomando decisiones por mí… Entonces tú imagínate que yo me despierto por la mañana, y tengo que esperar a que me llame un tío para decirme: “ahora desayuna esto. Ahora come tal. Ahora vete al trabajo. Ahora no sé qué”, mi velocidad de actuación es mucho más baja. Y mi velocidad de aprendizaje es nula. El día que ese teléfono no suena, yo me muero. Entonces yo creo que se trata un poquito de eso, de, el sistema, cuanto más pequeño, más rápido, y más rápido aprenda de sus errores, más eficiente es. No hay un sistema perfecto, no existe. El mejor sistema es el que más rápido, es un poquito darwinista, el que más rápido se adapta al entorno, ¿no? El que más rápido aprende y evoluciona. Eso es lo que yo creo que tiene como ventaja esta propuesta. Pues hombre, a lo mejor un sistema más macro, como el que tenemos ahora, y que además se está haciendo cada vez más macro, y ahora tiene que mandarlo al gobierno europeo, y ahora… Están… Hablan de quitar lo del cambio de hora desde hace seis años, tío (se ríe), y sigue ahí, y se ha ido de país en país, y lo van votando aquí y lo van votando allí, y dices: “¡tronco, tío!”, ¿sabes? No sé, pues eso.
¿Y qué aporta la estructura poco convencional de la película a la historia de Reevolution?
D.S.: Uno, lo más importante, que el cerebro del espectador está activo todo el tiempo, eso es muy importante, si queremos que las personas piensen y asimilebn el mensaje, tienes que estar estimulándoles intelectualmente. Con lo cual, al principio, ellos ya ven “un día antes”, “un día después” y ya (imita el ruido de un engranaje). Están viendo, pero están pensando. Es decir, no es un cine pasivo de “me siento, me olvido de todo, me vuelvo a casa y ya está”, no. Te hace pensar.
Lo segundo, me permite compactar tanta data en tan poco tiempo. Entonces, la idea es, si vamos a coger algo muy grande, y lo vamos a estrujar mucho, tienes que saltar de uno a otro muy rápido. Y ahí la excusa son los interrogatorios, es decir, realmente el espectador es Jordan, que va descubriendo data, va investigando, y va intentando entender qué es lo que ha ocurrido. Pues ese es el espectador, el espectador es Jordan, en realidad. Es… bueno, es Alex, ¿no? La investigadora. Y eso te permite ir al corazón de la escena, compactar y hacer cosas muy intensas, muy rápidas y secuencias muy poderosas seguidas, y un poquito el efecto YouTube, ¿no? Y luego, el efecto Netflix, ¿no?, de “voy viendo trozos de secuencias, voy viendo diferentes vídeos, y en esa metadata, yo construyo la historia”, ¿no? Es un poquito el porqué.
Tendrás proyectos en mente, ¿no? Ahora que has terminado la película.
G.O.: 658.
D.S.: 658. (Se ríen)
¿Y todos tienen esta perspectiva del cine como canal para cambiar las cosas?
D.S.: Sí. Todos, absolutamente todos.
¿A nivel político o a otros niveles?
D.S.: No, a otros niveles. Ahora, por ejemplo, he acabado de dirigir una serie que es nuestra, es decir, que es producida por mí y, sobre todo, por José Antonio, que es un amigo que se ha ido al Congo a construir una escuela en la zona mas peligrosa del Congo. (Señala a Gorka) Ese señor se ha ido con él. Le lie y se fue con él a la zona más peligrosa y…
G.O.: Este hijo puta me lía, tío… De verdad…
D.S.: (Se ríen) (Bromeando) Por cierto, tengo una idea… (Se ríen) No. Eh… Para cambiar las cosas. Y este, yo creo que es un formato que además es guay porque es el formato, de hecho, que presenta David en la película, es decir, que cómo la audiencia puede hacer que un programa cambie el mundo. Y esa es un poquito la idea. Y los otros proyectos que tengo son todavía más bestias, todos son alrededor del poder de que los medios pueden cambiar el mundo. Siempre.
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