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miércoles, 6 de diciembre de 2017

Entrevista a Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany

Acaban de estrenar la primera temporada de una serie que llevaban pensando nueve años con Movistar+, "Vergüenza", con Javier Gutiérrez y Malena Alterio como reparto principal, y parece que puede haber una segunda temporada. Os hablamos de su primera temporada aquí.

Los creadores y directores de la nueva serie de Movistar+, Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero, nos han contado en una entrevista más detalles acerca de "Vergüenza", de sus protagonistas y del proceso que siguió hasta llegar a ser la serie que vemos en los carteles. Ambos habían realizado guiones y otros proyectos para teatro, cine y televisión antes, pero se han lanzado al mundo del nuevo consumo audiovisual al colaborar con esta plataforma.



Pregunta: ¿Los actores de esta obra, Javier y Malena, los teníais ya pensados o, una vez estaba el guion, los buscasteis?

Álvaro Fernández-Armero: A la vez que surgió esta colección de anécdotas y la idea de querer hacer una serie, inmediatamente surgió que esa serie la haríamos para Javier Gutiérrez y Malena Alterio. Eran parte del argumento, parte del argumento de la serie era que era de ellos. Iban a estar ellos, entonces ya teniendo a los actores, teniendo el perfil que dan ellos dos y la química que imaginábamos que iban a tener como pareja, como luego así ha sido, pues a partir de ahí ya fue más sencillo construir la historia porque teníamos una base muy clara, sabíamos muy bien a qué tipo de personaje nos queríamos dirigir. 

Juan Cavestany: Sí, escribir con caras en la cabeza es una ventaja, ¿no? Es… es muy interesante.

A.F.: Que normalmente es difícil.

J.C.: Sabíamos que el personaje iba a ser no muy agradable, ¿no? Que iba a ser problemático, como por otra parte luego ha venido siendo la tónica de las ficciones, ¿no? Que han sido más importantes, efectivamente, se han basado mucho en que hay protagonistas muy cuestionables moralmente, que no son héroes típicos, ¿no? Entonces había… ese era nuestro personaje ya hace muchos años, un tipo que no iba a caer bien desde el principio y obligatoriamente, o casi era importante, que esto estuviera servido por alguien al que apeteciera ver, que compensara con una cierta afabilidad, cercanía, comedia… Y esa persona pues es Javier Gutiérrez, ¿no? Como luego se ha ido demostrando. Es un tipo divertido, gracioso, pero al que no le es… no tiene problema en meterse en berenjenales, ¿no? Y Malena es esa persona vulnerable, despistada, cercana, cómica, pero a la vez como actriz superprobada, ¿no? Malena es… no sé, tiene… es insegura por momentos, como su personaje, ¿no? Pero sabe un huevo la tía (ríe) lo sabe todo.

P: Hay muchas escenas que da la impresión de que también tienen gran parte del actor, de Javier, por ejemplo, toda la clase de inglés y tal. ¿Cuánto hay de improvisación y cuánto de guion muy bien desarrollado en el personaje de Jesús?

A.F.: Hombre, es… El guion está bastante fiel en cada escena, o sea, ha habido improvisación, pero siempre desde el guion, no ha habido ninguna escena que esté plenamente improvisada. Siempre los actores aportan, eso es así, ¿no? Y es como debe ser, y Javi es de los que les gusta aportar mucho y suele tener bastante tino en lo que propone, ¿no? Malena también. Pero sí que está muy escrita también la serie, y concretamente la clase de inglés, literal. Precisamente es una escena muy ceñida al texto original.

J.C.: Yo creo que es uno de los casos, o sea, la parrafada que suelta Javi en inglés está escrita con cada sílaba a sílaba, o sea, yo creo que es un caso de esos en los que, para estallar, el actor necesita como aprendérselo. Y Javi me acuerdo que nos decía que vaya con lo que habíamos escrito, o sea, como que estaba haciendo el esfuerzo de memorizar eso. Y a lo mejor le decíamos “no, hombre, no, eso… pero cámbialo si quieres”, y decía “no, no, no, es importante decir esto”, ¿no? Eh… Yo creo que, es verdad, yo iría más allá, incluso, yo creo que hay muy poco improvisado, si es que la improvisación, qué es también, ¿no? O sea, yo creo que improvisamos al escribir, uno improvisa porque es cuando surge todo de la nada, pero luego hay que hacer, y más que improvisación yo hablaría de márgenes de cómo interpretar las cosas, ¿no? Y ahí sí que necesitas actores con capacidad, no tanto de improvisación como de creación, ¿no? Son creadores. Ellos crean, ellos hacen de verdad lo que has escrito. Y hay cosas que, de repente, no se pueden decir porque no son coherentes, o vienen mal, entonces se cambia una palabra y se ayuda a la creación, que es lo que haces con actores buenos, ¿no? Que saben lo que están diciendo y se comprometen con lo que están diciendo, entonces no pueden decir una chorrada o una cosa que esté en contradicción con algo que han dicho… Y actores como ellos pues tienen una idea y dicen “¿cómo voy a decir primavera, si acabo de decir no se qué?”, ¿no? Por decir algo anecdótico.


P: En el spoiler fest comentasteis que la idea había surgido hace nueve años. ¿Ha evolucionado o hay cosas que se han mantenido o se han añadido?

A.F.: El espíritu es el mismo, se ha mantenido tal cual, pero hemos incorporado muchísimas cosas que en su momento no estaban. No sólo eso, sino que también, para nosotros, claro, ya la serie si no la hubiéramos renovado habría envejecido en nuestra cabeza, porque lo que estaba de moda hace nueve años, las tendencias o lo que nos gustaba es cierto que sigue gustando ahora, pero ha habido muchas cosas más novedosas que han hecho que eso tal cual habría perdido interés para nosotros, ¿no? Y en esa época estaba muy en boga Larry Davis, Ricky Gervais con The Office o Extras... Ese fue, digamos, como el punto de partida, ¿no? Ahora las referencias se han ampliado y nosotros hemos envejecido, ha pasado casi una década, nos han pasado cosas, hemos tenido hijos… Entonces, pues la vida ha ocurrido, ¿no? Entonces ahora mismo, pues, ¿qué hay de nuevo en la serie que no estuviera en la antigua? Pues han crecido los perosnajes, se ha ampliado su mundo, se ha desarrollado también su actividad laboral, la de ambos, en el caso de Nuria también la búsqueda de trabajo y han aparecido nuevos personajes que han enriquecido ese universo, ¿no? Y con todo ello pues se ha desarrollado también la historia de amor entre ellos dos, o de desamor, o de desazón, o de dolor, o sea, no sé cómo denominarla (ríe) que lo ha impregnado todo de un aire de comedia romántica oscura, que inicialmente no sabíamos que iba a tener tanto recorrido.

P: ¿Cuando comenzáis una serie (en esta son diez capítulos lo que tenéis preparado) hay un miedo de que la audiencia responda o no responda o se van a emitir los diez capítulos? Porque hay series que empiezan en el segundo-tercer capítulo, no dan el share y se retiran.

J.C.: En este caso cero porque la naturaleza del proyecto y de la plataforma en la que se va a emitir no es esa para nada. Y eso es lo que está cambiando el panorama. Actualmente pues lo que pasaba era que se rodaban las series, se iban emitiendo y pasaba lo que dices aquí, ¿no? Movistar, que es una plataforma de pago, tipo HBO o Netflix, quieren competir en esa plataforma de pago y quieren competir en ese negocio, encargan los episodios o la serie. Entonces se rueda y se pone a entera disposición. Eso no significa que te de igual la audiencia, que digas: "qué guay, como no va a depender de esto hago lo que quiero". No, para nada. En todo momento lo que ha habido es una gran exigencia por parte de Movistar, ha habido... han puesto el listón alto. Hemos ido con una propuesta que era distinta, arriesgada, personal y nos han dicho: "¿ah, sí? ¿Queréis hacer esto? Pues lo vais a tener que hacer muy bien. No porque os vayan a quitar de la emisión, sino porque vais a estar compitiendo con la series que tanto os gustan". En el público siempre piensas, quieres hacer una serie que guste y enganche. Pero está muy bien que el objetivo sea de auto exigencia más que le gustará a este, o a este otro... Pero miedo sí, todo se hace con miedo (ríe), ¿no? Y con mucha vergüenza.



P: ¿Hay alguna situación dentro de la serie, o sketch o escena que haya sido más complicada que el resto de rodar?

A.F.: Así, concretamente, algo que fuera llamativo, no...

J.C.: A ver, sí, había una cosa que nos costó ya incluso escribir. Es una serie de diálogos, en la que lo pequeño se convierte en muy grande, del equívoco, la mirada, la pausa y tal, ¿no? Entonces había un episodio diez que tenía que ser una culminación. Queríamos una gran escena final, en un gimnasio, donde Jesús organiza ya por fin su exposición. Y de repente se convirtió en una escena que tenía mucho peso, con muchas cosas que confluían, y a la vez no queríamos hacerla porque la serie no era eso. Pero esa escena fue un pequeño reto, que ensamblara bien todo al final.

Luego ha habido otras escenas inesperadas, que pensábamos que eran de transición y de repente han cobrado un gran interés.
  
P: Decís que esa escena tenía que ser un cierre, pero no acaba del todo cerrada la trama. ¿Nos abre las puertas a una segunda temporada?

A.F.: Nos las abre, nos las abre. Y estamos ya escribiendo la segunda temporada, y esperemos que se pueda rodar el año que viene. La idea es esa, ya tenemos un poco las tramas bastante claras en la cabeza.

P: Respecto a la reacción del público, habrá reacciones diversas, desde el que se sienta identificado, hasta el que sienta vergüenza o al que le caiga simpático el personaje. ¿Qué esperáis vosotros?

A.F.: A cuanto más público llegue mejor, yo no soy nada excluyente. Entendemos que no es una serie para todos los públicos. Es una serie que quizá exige un poco más de dificultad al espectador cuando hablamos de comedia. Pero a la vez yo estoy seguro,  tengo la intuición, más bien, de que el espectador está cada vez más por delante de nosotros. Más de lo que pensamos. Hay como un prejuicio a la hora de encasillar al espectador, y nos podemos llevar muchas sorpresas. Por ejemplo, en el pase que hicimos en San Sebastián en el festival, el público tenía una media de edad de setenta años y el ochenta por ciento eran mujeres. Yo si me hubieran preguntado diría esta serie es para un target de veintitantos a cincuenta y tantos, más bien masculino. Pues fue lo contrario. Y todas riéndose, todas aplaudiendo las zafiedades de Jesús... Entonces, por eso digo, que no minusvaloremos al espectador. Creo que somos los creadores que hacemos ficción los que tenemos que espabilar.


P: Las localizaciones podrían estar en cualquier parte, podría ocurrir incluso en la casa de al lado. ¿Cómo escogisteis unas localizaciones tan realistas?

J.C.: Como la serie se encargó en conjunto, podíamos plantear un rodaje como de película, esto es por localizaciones, no por episodios. Y no atados. Los decorados van cambiando y eso te lleva a localizaciones reales. Algo que creo que se hace cada vez más. Y las hicimos con la voluntad de hacer una serie real, divertida, cercana, buscando sitios peculiares... Con nuestro gusto, y lo mismo con el casting, que veo que son cosas muy parecidas. Comparar gente con edificios... pues bueno, no lo sé, pero se trata de crear un mundo que te puedas creer. Habrá gente que a lo mejor le resulte extraño que no haya plató, pero ha sido nuestra intención, con una interpretación más como de una película.

A.F.: Lo que no teníamos previsto, y esto es una mini anécdota, es que el actor que interpreta al vecino, yo no le conocía personalmente. Juan si, y vimos una prueba, y pensé, igual es muy alto, y Juan dijo: no me parece que fuera especialmente alto. Le contratamos, porque él estaba en Nueva York, y cuando apareció para hacerse la prueba de vestuario no cabía por la puerta (ríen). Era tan alto que en el decorado del hall del descansillo de la casa chocaba con los focos del techo, tuvo el operador que iluminar de una manera diferente. No buscamos algo que yo creo que al final tiene un efecto cómico innegable (ríe).

J.C.: No fue buscado, así pasan muchas cosas. Yo le había visto a este actor, que se llama (...) en el teatro, y me había gustado mucho, se lo propuse a Álvaro, la directora de casting le conocía y confiamos. Pero luego pensé, yo estaba en el teatro en la grada y no le había visto la altura (ríen).


P: En estos nueve años, Javier ha hecho un montón de proyectos increíbles y ahora es como el actor de moda. ¿Creéis que eso ha influido en el personaje que podía haber interpretado hace nueve años y cómo lo ha interpretado ahora?

A.F.: Él está trabajando muchísimo, y para grabar el piloto tuvimos que encajar las fechas en un puente de diciembre de hace nueve años cuando estaba en Águila Roja, que fue lo que le propulsó un poco. Javi siempre ha trabajado mucho, pero era más conocido en el ámbito industrial, pero la imagen de ahora de actor reputado, respetado y de primera línea, que para nosotros siempre lo ha sido, no la tenía antes, claro. La Isla Mínima fue la catapulta, digamos, a los premios, el respeto de la crítica. Pero es un actorazo impresionante. La semana pasada ya ha estrenado otra película, ha rodado la serie, está en otra serie... Espero que eso no sea un lío para el espectador. En plan "oye, me ha encantado "Vergüenza", la escena en la casa esa de Sevilla..." (ríe).

Pregunta: ¿A nivel interpretativo hay alguna escena que a los actores les costara rodar por el contenido?

A.F.: Javier es muy de tirarse a la piscina y es muy raro que le cueste algo en ese sentido.

J.C.: Yo creo que el rodaje fue muy cómodo en ese sentido, no hay sorpresas y está todo escrito y hablado. Y luego Álvaro y yo somos buenos, yo creo, en general, como buena comunicación en el rodaje, hay buena onda, todo se puede hablar. Yo creo que esas incomodidades se dan cuando no se habla, o se dan cosas por supuestas y de repente el actor se ve ahí. Eso no ha pasado. Creo que es fundamental en un rodaje que esté todo hablado.

Luego, además, es curioso, porque luego las dificultades surgen en las cosas que menos esperas. Entras por aquí, dejas ahí el vaso e insultas a uno. Pues el problema no es el insulto, es dejar el vaso que no sale, porque queda raro.


Pregunta: Movistar+ es pionera en proyectos transmedia con la series ¿habéis pensado en algo así para Vergüenza, que la serie se complemente con las redes sociales o algo? 

A.F.: Inicialmente era la idea. De hecho se incorporó un equipo muy amplio para eso. Pero se fue desechando porque no teníamos todavía... o sea, nosotros fuimos los primeros en rodar. Movistar+ estaba generando el contenido que tiene. La serie ha tardado todo un año en estrenarse. Y la oportunidad se quedó un poco ahí en agua de borrajas. No sé si para la segunda temporada lo haremos.

J.C.: Yo personalmente como no lo uso, no lo consumo y no lo conozco, me da pereza. No entiendo muy bien que se aporta xon esas cosas. Hay gente que está segura que eso contribuye y genera un seguimiento. Yo no lo entiendo igual, lo mismo es por mi edad. Lo han hecho con La Zona, y no sé. Supongo que hay mucha experimentación en eso. Creo que Álvaro y yo somos muy analógicos en eso. Nos gusta ver películas de Woody Allen y leer libros.

P: Ahora que estáis con la segunda temporada, ¿tenéis ya pensados nuevos actores o actrices para que se incorporen a la serie?

A.F.: Pues no, fíjate. No, todavía no tenemos ninguna cara, tenemos los personajes pero, nos faltan los actores.

J.C.: Pero sí, al igual que en la primera temporada, una de las ideas del reparto, es que la serie no necesita caras, famosos. Ellos dos, Javier y Malena, cubren ya eso. Y les queremos rodear de actores buenos, sin pasar por el peaje de que sean famosos, no tienen que satisface rninguna necesidad en ese sentido. Buscaremos a gente de teatro, a gente que no resalta mucho pero nos interesan por algo.

P: Ahora mismo, ¿estáis trabajando en algo más, tenéis otros proyectos?

J.C.: Si, cada uno tenemos nuestras ocupaciones aparte. Esto nos ha llevado bastante tiempo y ahora parece que nos llevará más. Yo en la tele es lo primero que hago y lo único, y tengo mis proyectos por ahí de teatro con un par de cosas este año y guiones de cine...

A.F.: Si, yo también tengo una película, que igual se rueda este año que viene, pero esto nos ha absorbido mucho. Y lo que queda (ríe) ojalá.

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