El actor Isaac Hempstead Wright visitó nuestra ciudad para la inauguración de la exposición oficial de Juego de Tronos. Nosotras tuvimos la oportunidad de entrevistarle y que respondiese a nuestras preguntas. Avisamos que contiene spoilers sobre la serie. También os recordamos que la exposición se estrenó el pasado 26 de septiembre y no os la podéis perder. ¡A continuación la entrevista completa!
Film Hunters: ¿A cuál de todos los enemigos de Juego de Tronos te hubiese gustado enfrentarte?
Isaac Hempstead Wright: Ninguno de ellos (risas). Si Bran tuviera que haberse enfrentado a alguno cara a cara no le hubiese salido bien la jugada. Así que sí, yo hubiera evitado todo tipo de pelea en Juego de Tronos.
F. H.: ¿Qué escena o escenas te ha impactado más?
I. H. W.: Pues la verdad es que muchas, pero una que fue realmente sobrecogedora para mí fue un momento en el que Bran tiene una visión en la que va caminando y atravesando el ejército de los muertos. Es en el episodio seis. Y yo me vi rodeado de zombies, no eran efectos especiales, eran extras reales ataviados como muertos vivientes; y después de atravesar el ejército me encontraba cara a cara con el Rey de la Noche. Y todo estaba cubierto de nieve. En ese momento me tocaba el Rey de la Noche y creo que soy el único personaje al que ha tocado y ha sobrevivido. Con lo cual fue muy divertido y realmente me dio la sensación de lo grande que era el show.
F. H.: Si tuvieras que quedarte con un objeto de la exposición, ¿con cuál te quedarías y por qué?
I. H. W.: Por llevarme me llevaría una espada porque la verdad es que Bran no tenía mucho contacto con el atrezo por la narrativa que rodeaba al personaje; pero siempre he pensado que hubiera sido muy divertido poder tener un poco de acción con las espadas. Hay muchas, pero por decir una diría Lawkeeper, que tiene un escudo muy bueno. Siempre pedía jugar con ella y me quedaba mirándola mucho.
F. H.: Si no fuese Bran, ¿la ropa de qué personaje te gustaría llevar?
I. H. W.: Buena pregunta. Me encanta la armadura de Jaime Lannister, todo eso me parece que es una obra increíble. Por otro lado también me gusta mucho el vestido de Margaery que tiene un montón de rosas.Y luego me encanta el abrigo de Daenerys, que si pudiera hacerme uno de mi talla para ponérmelo me lo haría sin pensarlo.
F. H.: ¿Hay algún objeto de menos que echas de menos en la exposición?
I. H. W.: Pues la verdad es que me encantaría que estuviera todo aquí; y si tuviésemos todo el espacio del mundo pues yo lo metería absolutamente todo. Creo que sería fantástico que el público pudiera llegar a ver todos los decorados. Pero me parece que hay algo que en ese sentido se va a preparar. Para ser francos creo que han hecho un buen trabajo organizando esto, debe ser muy difícil comisionar algo así. Si fuera por mí lo metería todo y necesitaría un espacio mucho mayor que este para meterlo todo. Pero creo que realmente no hay nada que eche en falta.
F. H.: ¿Te hubiera gustado estar con Jon Nieve en la Guardia de la Noche? Y de todos los aliados de los Stark, ¿a cuál cogerías para ser aliado en la última batalla junto con los Stark?
I. H. W.: Respecto a la segunda pregunta, me quedo con Daenerys, que teníamos su dragón y en ese episodio se ve precisamente que es una fuerza imparable. Yo creo que es como un arma de destrucción masiva que tenemos en Juego de Tronos y es el equivalente a una bomba nuclear. Y en cuanto a lo de la Guardia de la Noche, pues lo he pensado antes y bueno, parece divertido encontrarse a los dos hermanos con lo que eso conlleva. Pero no, allí hace mucho frío, la comida parece malísima y yo estoy encantado con quedarme en Desembarco del Rey.
F. H.: ¿Pudiste guardar el final de la serie? ¿Cómo te sentiste?
I. H. W.: Pues fue muy estresante la verdad. Me daba la sensación como que tenía información de la CIA entre manos, como si estuviera guardando un secreto del Gobierno y lo cierto es que hubo un mecanismo de seguridad enorme montado alrededor. De hecho cuando cuando estábamos grabando en Sevilla hicimos que viniera gente que volara aunque no participasen en las escenas, solo por el hecho de confundir a la gente. Hicimos muchísimo lío y divulgamos información falsa para que nadie se hiciera idea de lo que estaba pasando. Y precisamente por eso uno cobra conciencia sobre la importancia de la información, se transforma en algo muy real. De hecho al principio de la serie sabes que no puedes contar lo que está pasando y no lo dices, pero si se escapara algo no sería el fin del mundo. Pero llegados a este punto en el final de la serie sí que da un poquito más de miedo. Nunca lo llegué a verbalizar en voz alta; a la única persona a la que se lo conté fue a mi madre.
F. H.: Después de tanto tiempo, ¿qué es lo que más vas a echar de menos de Juego de Tronos?
I. H. W.: Muchas cosas, pero por un lado tengo que mencionar a la gente porque realmente se han convertido en familia. Cuando pasas diez años con un grupo de gente no puede ser de otra manera; además hemos compartido muchas experiencias como estar a la intemperie o pasar rodajes nocturnos durante semanas... Y todos compartimos esa experiencia, porque ninguno de nosotros había formado parte de una serie de tanto éxito con lo cual eso crea un vínculo enorme y los voy a echar mucho en falta. Y lo segundo que tengo que mencionar es la ciudad de Belfast que se ha convertido en una segunda casa para mí. Es donde hemos filmado la serie, donde se han hecho muchos de estos trajes y me da mucha pena no tener Juego de Tronos como excusa para tener que volver a Belfast, pero estoy convencido que volveré dentro de muy poco.
F. H.: ¿Cómo fue el último día de rodaje?
I. H. W.: Fue muy emotivo. De hecho mi última escena fue en Sevilla, estábamos en el Foso del Dragón en el momento en el que estaba siendo coronado, con lo cual para Bran no fue un mal final. Pero es una escena que tardamos cinco días en grabar y como decía antes hicieron que viniera Kit, que no estaba en la escena, y nos juntamos un grupo bastante nutrido y bastante especial del elenco. Recuerdo perfectamente que había una escena al final del todo que fue la última que grabamos que era un plano abierto en el cual no había micros y había diez minutos de diálogo. Y a pesar de que es una escena que no va a llegar a ver nadie y que no se escuchaba, hicimos esos diez minutos, los interpretamos y fue algo muy personal para todos nosotros. Fue la escena perfecta, Bran ininterrumpido sin ningún tipo de cámara delante de nosotros y nos sentimos como si estuviéramos quizá en una obra. Y éramos conscientes que era la ultimísima vez en la que íbamos a interpretar. Yo pensaba que al final no iba a llorar, pero sí, David hizo un discurso y todos acabamos llorando. No fue triste, pero sí más bien sobrecogedor. Creo que es algo incomparable, no solamente fue único para mí sino para la historia de la televisión. Si hubiese tenido que escoger un final habría sido este.
F. H.: Ha habido muchas batallas importante, si tuvieras que quedarte con una porque te guste o porque sea especial, ¿cuál cogerías?
I. H. W.: Pues la verdad es que es una elección muy difícil pero creo que me quedaría con el episodio tres de la temporada ocho, la Batalla de Invernalia. Es muy difícil hacer una escena de batalla convincente y aquí estamos hablando de una escena que dura hora y media y durante ese tiempo tienes que mantener el interés narrativo y que la gente no se aburra y no se pierda porque realmente es muy difícil que la gente siga quien está haciendo qué y qué sucede en cada momento. Creo que fue una obra de arte en términos de dirección queda totalmente épico. Yo lo tuve que ver unas dos o tres veces y la verdad es que para mí es el mejor episodio de Juego de Tronos.
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