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sábado, 5 de mayo de 2018

Shadowhunters 3x07: Salt in the Wound

Parece que la temporada está empezando, pero la verdad es que llegados a este episodio estamos más cerca del mid-season finale que del principio, y eso se nota. Los protagonistas ya han descubierto que Jace es El búho y Lilith cada vez está más cerca de completar su plan de traer a la vida a Jonathan. Vamos que todas las tramas de esta primera parte parecen ir buscando su cierre para que cuando comience la 3B puedan abrir otras que, con suerte, les lleven a la renovación. Porque siendo sincera, Shadowhunters siempre se ha mantenido en el filo de la renovación. Aunque ojalá continúen, porque yo sigo necesitando mi dosis de actuaciones y efectos especiales malos pero, sobre todo, necesito mi dosis de dramita chaujanter.

Esta semana comenzamos en el mismo punto en el que lo dejaron la pasada para echarnos unas risitas. Porque Jace se fue dejando a una Clary muy confusa, que no dudó en perseguirle. Clary llega a la azotea e intenta detener a Jace luchando contra él y, cuando ve que eso no funciona muy bien porque la tiene colgando, literalmente, del abismo del edificio, intenta apelar a sus sentimientos. Pero recordemos que Jace ya no es Jace y no siente nada por Clary, así que la deja caer. Y Clary se queda tirada encima de un coche como si fuera Taylor Swift en Bad Blood. Solo que con sangre saliéndole de la boca y unos pocos de lamentos mientras llama a su siempre fiel amigo Simon para que le ayude, porque no puede moverse.

¿Taylor Swift o Clary Fray? Nunca se sabrá
Simon, como no podía ser de otro modo, acude a su encuentro. Da igual que tenga un dramón entre manos, porque Clary siempre es más importante que él. Y eso que su vida, en estos últimos capítulos ha dado un vuelco. No solo le está vigilando Jordan, miembro del Praetor Lupus, sino que le engañó... Y ahora vuelve a hacerlo. Porque Maia va a visitar a Simon para darle un poco de sangre y descubre que el compañero de piso de Simon no es otro que su ex, el mismo que la convirtió en licántropo. Y eso a la chica la hace entrar en estado de shock. Aunque a Simon no le da tiempo a ver qué tal está su novia porque tiene que ir al rescate de Clary.

Clary en el transcurso de una escena a otra ya está como una rosa físicamente. No tanto psicológicamente porque mientras tiene reunidos a Alec, Izzy, Magnus y Simon preguntándose cómo narices han poseído a Jace, ella llora mucho. Porque sabe que le toca contárselo y traicionar a Jace. Cuando les dice que pidió traer a Jace de vuelta al Ángel pide disculpas y afirma que entendería que la mandaran a la Clave. Pero nada de eso ocurre, porque Alec la abraza y dice que él hubiera hecho lo mismo. Como debe ser.

Hablando de Alec, su pelea con Magnus sigue en pie pero parece que todo el suceso de Jace les ha hecho darse cuenta de que no les hace bien estar cabreados. Más bien Alec, que le pide perdón y le da un abrazo. Pero Magnus está preocupado por algo más, y es que se siente culpable por lo que le ha pasado a Jace. Así que le promete a Alec que dará hasta su último aliento para arreglar su error. La verdad es que los primeros intentos no le salen muy bien, y ni Catarina es capaz de animarle. Después de descubrir quién es Lilith y que la tuvo delante de sus narices y no supo ver lo turbia que era, el brujo no está muy bien.

Clary ensayando su llanto.
Quienes tampoco estarán muy a animados en este capítulo son Maia y Jordan que, por separado, se harán con el control casi completo del capítulo. Porque más o menos sabíamos por encima que Jordan arañó a Maia y la abandonó después de haber sido un novio de lo más autoritario, pero no lo habíamos visto. Mientras Maia está en shock y Jordan lucha sobre quedarse o marcharse, vemos su historia de amor, que comenzó con una conversación sobre surf y el océano y acabó con sueños rotos, Maia herida y Jordan huyendo después de lo ocurrido. La huida hizo que muchas cosas se les quedaran en el tintero, pero Maia acudirá a la casa de Jordan para hablar con él y dejarle las cosas claras. A ella lo que le dolió fue el abandono, y no piensa dejar que le haga a Simon lo mismo que le hizo a ella. Aunque la verdad es que Jordan un poco cobarde es y ya se estaba marchando por la puerta. Una alegría que al final no vaya a hacerlo, porque su trama dará juego.

Mientras asistimos a este drama amoroso, Luke está investigando cómo salvar a Ollie de las garras de Lilith y para eso llama a Simon, que se ha convertido en el mejor escudo posible gracias a la marca que lleva en la frente. Aunque todos se empeñan en considerar que es un problema (incluido Luke, que fue quien llamó al Praetor Lupus), la verdad es que es bastante beneficioso si tienes que luchar contra la reina del infierno. Licántropo y vampiro van a su guarida y encuentran a Ollie y a algunos más de los súdbitos de Lilith que, cuando intentan atacar a Simon, acaban reducidos a sal en el suelo (de ahí el título del episodio). Y Lilith sufre mucho, claro. Su mirada no indica nada bueno cuando se entera que el causante ha sido el vampiro diurno.

Todo era bonito hasta que el submundo se interpuso entre ellos.
Antes del dolor de perder a sus súdbitos, Lilith encarga a Jace una misión: ir a un cementerio de Alacante a por el cadáver de Valentine. Claro que no será el único que irá a Alacante, lo harán también Alec, Izzy y Clary, que irán a pedirle a la inquisidora Herondale un arma especial llamada Configuración Malachi. Una especie de jaula para contener a cualquiera y que usarán para no dejar escapar a Jace mientras averiguan cómo hacer que vuelva. La inquisidora, una vez que se entera de que Jace está poseído accede a ayudarles. Aunque no serán los únicos que le pidan ayuda, porque su nieto acudirá a su encuentro para entrar en el cementerio, y acabara matándola. En sus últimos minutos de vida, la inquisidora mandará un mensaje a los chicos del instituto de Nueva York para avisarles del plan de Jace. Llegarán a tiempo para encerrarle, pero también lo harán más shadowhunters, por lo que Clary, desplegando su poder de Dr. Strange con las runas, hace un portal para llevar a los demás al loft de Magnus mientras ella se queda ahí para ser arrestada.

Con esta situación termina este capítulo de Shadowhunters. El plan de Lilith parece más cerca de realizarse y, sin embargo, Jace parece más irrecuperable que nunca. Lo que sí que parece estar haciendo bien la serie es recuperar un poco la esencia de los libros, aunque sólo sea en parte. Porque la serie sigue con sus cosas surrealistas y su toque de humor que no pretende ser tal. Quizá eso es lo que la haga tan adictiva.

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