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viernes, 12 de enero de 2018

Call Me by Your Name, Luca Guadagnino






Título original: Call Me By Your Name
Director: Luca Guadagnino
Año: 2017
Duración: 130 min.
Género: Drama, Romance
País: Estados Unidos
Actores: Timothée Chalamet, Armie Hammer, Michael Stuhlbarg, Amira Casar 






Trailer:



¿Por qué ver Call Me By Your Name?
  • La actuación del protagonista es sublime
  • Se vuelve a dar visibilidad a una relación homosexual en el cine
  • Tiene una dirección de fotografía espectacular  

Call Me By Your Name es uno de los títulos del año sin lugar a dudas, sonando para todas las quinielas de la temporada de premios (aunque en los pasados Globos de Oro se fuera de vacío).

Ambientada en el verano de 1983 en un pueblo del norte de Italia. Allí Elio (Timothée Chalamet), un adolescente de 17 años, está pasando el verano con sus padres. Todos los años reciben a un ayudante que trabajará para el padre. Es aquí cuando aparece Oliver (Armie Hammer): atractivo, joven y encantador. A medida que pasa el verano, la relación se va haciendo más estrecha entre ambos hasta que comienzan una relación en secreto, a pesar de la diferencia de edad, de unos diez años.



Es en el camino a esta relación cuando la película comienza a brillar, con unos planos, unos movimientos de cámara y una fotografía que, por lo menos para mí, me hicieron disfrutar y deleitarme como nunca.

Durante toda la película atendemos a lo que ocurre desde el punto del protagonista, Elio. Vemos sus temores, sus miedos, sus alegrías, sus tomas de decisiones... Chalamet hace que la actuación parezca tan sencilla que nos remite casi a como si estuviéramos viviendo las mismas situación en la vida real. El poder que tiene la película de empatizar con el espectador es asombroso. 

Call Me By Your Name no es una película para los grandes circuitos cinematográficos. La industria sigue teniendo reparos a la hora de mostrar historias cuyos personajes son gays, peor sí que es una de esas que te hacen salir or fin del foco de los blockbuster a los que nos tienen acostumbrados hoy en día. La delicadeza de Guadagnino, la fotografía, los personajes, las historias que se entrelazan... Todo, absolutamente todo en la película, es magnifico.



Si hubiera que sacarle algún "pero"sería la larga duración de la cinta, que supera las dos horas, y con la que llegas al punto de preguntarte si no se podría haber contado la misma historia en un tiempo más reducido. Pero cuando llegan los últimos cinco minutos de cinta, con la conversación que mantienen padre e hijo, se te olvida por completo y piensas que han valido la pena las dos horas de visitando. 

Es una película de visionado obligatorio si quieres disfrutar del gran cine con mayúsculas. No te arrepentirás. Además, nos ha dejado una de las escenas más icónicas de los últimos tiempos: la del albaricoque (cuando la veáis lo entenderéis).

Puntuación:



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