Hablamos con Álvaro Morte, Pedro Alonso y Najwa Nimri

Ya tenemos encima el estreno de la tercera temporada de La casa de papel. Ya os comentamos las primeras impresiones de la temporada y ahora os traemos el resultado de nuestra charla con tres de sus protagonistas. 

Film Hunters: ¿Cómo os llega la noticia de que la serie va a tener una tercera, y ahora una cuarta, temporada?

Pedro Alonso: La serie se acabó, era autoconclusiva. Casi todos hubiésemos querido desarrollar más nuestros personajes. Nos fuimos a casa pensando que Berlín estaba muerto. Con el pelotazo de Netflix todos pensábamos que era inevitable.

Álvaro Morte: Sí que todos tuvimos una sensación de que era una cosa terminada. A lo mejor por eso pusimos toda la carne en el asados cuando hicimos las dos primeras partes, porque solo iba a ser eso. Pero sí que es verdad que hubo tal implicación con el equipo, con la historia, con el personaje que te tocaba interpretar, que para mí, me generó un duelo cuando pensaba que ya no iba a interpretar al profesor. Un personaje que me ha permitido hacer muchas cosas distintas. He disfrutado muchísimo haciéndolo. Y bueno, esto demuestra que no hay nada imposible.

F. H.: ¿En qué momento sois conscientes de que La casa de papel se ha convertido en un fenómeno global?

P. A.: Yo creo que el año pasado. Se estrena en Netflix en diciembre y en febrero la subida se hace exponencial. De hecho a mí me pilló de viaje por Europa, iba solo y empezaron a pasar cosas a mi alrededor. Y cada semana pasaba algo.

F. H.:  De hecho una situación muy viral fue lo que pasó en Florencia.

Á. M.: Fue bonito porque la gente fue muy respetuosa y nosotros solo queríamos dar las gracias a esa gente. Había unas vallas y estaba la gente agolpada. Y hubi un momento que Pedro y yo dijimos, de una forma inocente e inexperta, que había que darle las gracias. Y entonces nos acercamos al lado de una vaya a agradecerles, desde el otro extremo la valla se cayó, todas hicieron lo mismo, y de pronto nos encontramos con una aglomeración de gente, que entendimos la peligrosidad del momento. No pudimos grabar lo que nos quedaba. Fue un desastre que generamos Pedro y yo.

F. H.: Najwa, ¿cómo es tu personaje?

Najwa Nimri: Soy una villana. Soy una inspectora que está embarazada de ocho meses y tengo algo que oculto que se irá descubriendo. Y persigo de forma concienzuda y absolutamente obsesiva a esta persona porque es una jugadora empedernida. Y lo peor que le podría pasar, en realidad, es atraparle porque entonces tendría que irse a doblar calcetines.

F. H.: En ese juego, ¿va a poner en muchos apuros al Profesor y su grupo?

N. N.: Es complicado porque siempre va un paso adelante. Ella no juega al mismo ritmo que él. Lo que tengo en contra que él tiene a favor es que Alicia no es una creyente, y cuando no lo eres se tiene menos fuerza. Llegas a imaginar hasta cierto punto. Creo que si en algún momento los personajes están cara a cara, Alicia va a entender muchas cosas de ella misma.

F. H.: ¿Tenéis miedo a que esta temporada no funcione igual que las anteriores?

P. A.: La presión es real, existe. Dicho esto, yo ni me lo planteo. Porque si entras en el terreno de las expectativas enfermas. Lo que confirmo es que yo he visto tres capítulos y me he quedado súper tranquilo. Y también cuando ves el hambre y la inquietud del equipo al querer evolucionar la serie, cuando ves las nuevas incorporaciones. La inquietud primera se renueva.

Á. M.: También, como espectador, no se puede esperar seguir viendo lo que había antes, porque tienes una serie que no va a ningún sitio. Lo que hay es que mantener el espíritu pero aportando cosas nuevas. Una de las grandes cosas que suceden respecto a mi personaje es que en la primera y segunda parte él lo tiene todo controlado. Y ahora de repente se encuentra con que muchos de esos aspectos que le hubiese gustado tener mucho más tiempo para estudiarlos e ir con todo bien atado no sucede. ¿Qué pasa cuando sucede eso? Eso es una evolución. 

No os perdáis la serie a partir de este viernes en Netflix.