La serie de animación que los fanáticos del universo de League of Legends han estado esperando durante años y años de espectaculares cinemáticas ha llegado finalmente de la mano de Netflix, y sería muy pobre decir simplemente lo mucho que ha superado las expectativas que se tenía de ella.
Desarrollada y producida por Riot Games (compañía mater de todos los productos derivados de League of Legends, como Legends of Runaterra, Team Fight Tactics, etc.), con servicios de animación del estudio Fortiche Productions, fue estrenada el día 6 de noviembre en Netflix por medio de un primer acto de tres capítulos que nos sirvieron de entrada al mundo de Runaterra (escenario en el que se lleva a cabo la historia de League of Legends).
Una de las mayores preocupaciones de aquellos que no se deciden a ver la serie es: «¿podré entender todo lo que pasa aún sin haber jugado a League of Legends?» Y la respuesta es, por supuesto: SÍ. Así que si estáis dudando por cuestiones como no tener idea de este universo creado por Riot Games, o por no saber lo suficiente acerca de los personajes, o el background de estos, creedme cuando os digo que no necesitáis más que abrir los ojos y disfrutar de lo que pasa en pantalla.
En cuanto a los datos obtenidos, y gracias a la información recibida del portal Fix Patrol, podemos ver que, en su estreno, Arcane logró superar incluso a la serie surcoreana El juego del Calamar. Un gran logro teniendo en cuenta los números que obtuvo dicha serie en la plataforma.
Lamentablemente, y pese a haber pedido en varias ocasiones el visionado de prensa de esta serie a Netflix para poder hacer un análisis previo al estreno, no obtuvimos feedback ni pase alguno. Pero ahora que está terminada (y, en mi caso personal, vista en bucle varias veces), podremos analizar en profundidad cada aspecto, teorías y detalles de este magistral trabajo de Riot Games. Ordenado, cómo no, en los actos en que han querido presentarnos la historia.
Acto I
(contiene spoilers)
→Bienvenidos al terreno de juego
La historia de las dos hermanas comienza en el puente que une las dos caras de la misma ciudad: Piltover y The Lines. Tras una revuelta que deja a nuestras protagonistas solas a su suerte, Vi y Powder serán acogidas por Vander, el que maneja los hilos de la cara subterránea e inmunda de la ciudad del progreso. Unos años después del incidente que las dejara huérfanas, nos encontramos con que las hermanas, junto a sus amigos de The Lines, se encuentran metidas en un… trabajito, dentro de las calles de Piltover, que resulta no ser del todo legal. Allí darán de bruces, además de con los Enforcers (el cuerpo de seguridad de Piltover), con algo mucho más grande de lo que ninguno de nuestros protagonistas pueda entender aún. Los problemas no tardarán en aparecer tras el paso de las hermanas por Piltover, ya que su incursión en esa casa ajena hará que el Consejo de la ciudad descubra material ilegal dentro del estudio del joven científico al que robaron, y que los obstáculos para ambos bandos (y las alianzas ocultas entre ellos) empiecen a tornarse insostenibles.
→Algunos misterios es mejor no resolverlos
En este capítulo vemos esa parte de la historia que dejó atrás el paso de Vi y Powder por Piltover. Nos encontraremos con Jayce, el joven científico que lucha por un mañana mejor, y que el consejo decide encarcelar a causa del material ilegal (y peligroso) incautado en su piso tras el robo. Gracias a uno de los fundadores de la ciudad del progreso, el científico y miembro del Consejo: profesor Heimerdinger, podremos saber qué son esas curiosas esferas azules, y cómo afectarían al mundo en el que viven si es que su poder llega a ser descifrado. Por otra parte, en The Lines, el paso de las fuerzas del orden de Piltover no cesa, ya que siguen buscando a los artífices del robo; al no dar con ellos, las tensiones amenazan con estallar, ya que la presión del Consejo y la negativa de Vander a entregar a las hermanas a las autoridades, llevan a que un nuevo peligro escondido en las profundidades de The Lines aproveche el caos sembrado para empezar a resurgir de entre las sombras.
→La violencia mínima necesaria para el cambio
Aquí nos encontramos de frente con ese lado oculto de The Lines, el líder de la parte más macabra de la ciudad: Silco. Un hombre traicionado tiempo atrás por Vander, y dejado de lado junto con el sueño de su vida: hacer de The Lines una ciudad independiente a Piltover, transformándola en la nación de Zaun. Mientras que Silco saca beneficio de la tirantez latente y la situación de desestabilidad que sufre la ciudad, aprovechando para desatar la locura con una nueva droga conocida como Shimmer, en Piltover, Jayce y su nuevo compañero investigador: Viktor, tratan de dar respuesta a contrarreloj al misterio de la tecnología hextech antes de que sea destruida y descartada para siempre. Ayudados por un miembro del Consejo, consiguen dar respuesta finalmente a la incógnita de las piedras, haciendo una promesa de mejora y progreso a la ciudad. Pero, en The Lines, el secuestro de Vander por manos de su antiguo compañero y los asesinatos que se suceden en sus calles, acaban por propiciar la mayor tragedia imaginable para las hermanas. Vi y Powder son separadas y arrastradas por esas dos caras de Piltover; cambiando el destino de ambas para siempre.
Análisis
Este primer acto es una introducción simplemente perfecta; desde el primer instante en que nos encontramos a Vi y Powder entre las llamas y el caos, hasta el final, en el que podemos ver cómo esas dos partes de la ciudad del progreso acaban por dividirlo todo. Las imágenes que recibimos en cada capítulo, integradas de forma perfecta por la maravillosa banda sonora original, nos lleva a adentrarnos en las calles que recorren nuestros protagonistas casi como si pudiéramos palparlas.
Por supuesto, esta primera división de la historia se centra sobre todo en la vida de Vi y Powder, aunque también podamos empezar a ver algo del resto de los protagonistas (esa aparición de Caitlyn junto a Jayce en el segundo capítulo), Ekko, el Consejo, Viktor, Silco, etc. Pero el acto I ha querido presentarnos, por encima de todo lo demás, la que fue la relación de las hermanas.
Como bien nos hace saber Vi en una de sus frases originales de League of Legends: Vi stands for violence («Vi significa violencia»). Pero aunque lo que vemos de ella es gran parte de rencor hacia esa ciudad que se lo quitó todo, también somos testigos del amor incondicional que demuestra por su hermana, a la que da ánimos cada vez que siente que no es suficientemente buena. Esta unión que comparten, en la que Powder admira a Vi por encima de todos, y en la que la mayor protege a su hermana lo mejor que sabe, parece inquebrantable, incluso con las rencillas normales dentro de la relación. Sin embargo, a medida que la historia avanza, podemos ver un lado de Powder que amenaza con estallar a causa del terror que le produce el imaginarse siendo abandonada por no ser lo suficientemente fuerte.
La paz que Vander (personaje que ha suscitado más de una teoría, de las que hablaré más adelante) ha construido con esfuerzo tiembla desde los cimientos a causa de la incursión de las hermanas en Piltover, y solo entonces podemos empezar a entender que ni el bueno ha sido siempre tan bueno, ni el malo es un demonio sin corazón; ambas partes de la ciudad tratan de hacerlo lo mejor que pueden y se les permite. Lo que ni The Lines ni Piltover tienen en cuenta es que hay un lado aún más profundo y oculto en la ciudad del progreso. Y aquí, cuando las tensiones amenazan con desatar más matanza, tal y como ya pasó tiempo atrás, veremos al líder de esa guerrilla oculta: Silco.
Nos lo encontramos trabajando en una sustancia rosa junto a un científico (uno cualquiera, a primera vista) que promete ser útil, como poco, en sus planes de «independencia». Porque, como podemos ver más adelante, ese sueño fue el que empujó también a Vander a rebelarse contra Piltover. Pero mientras que este se dio cuenta de la pérdida de vidas que supondría repetir un levantamiento similar, Silco no se da por vencido y quiere hacer de la Nación de Zaun, una realidad.
El Consejo de Piltover no parece muy por la labor de llegar a ningún tipo de acuerdo con The Lines, al contrario: lo único que les interesa es encontrar al cabecilla del robo; eso y expulsar a Jayce de la ciudad.
La escena con la que empieza el capítulo dos, en la que Jayce y su madre son rescatados por un mago, me hace pensar inevitablemente en Ryze. Aunque un poquito menos azul de lo que lo vemos en el juego, podría tratarse de él, ya que incluso usa la teleportación para llevárselos (cosa que recuerda muy mucho a su habilidad definitiva).
El profesor Heimerdinger parece tener horribles experiencias con la tecnología que Jayce trataba de descifrar (aunque lo único que dice al respecto es que es peligroso. Y ya), y se opone a la mera idea de investigar más acerca de las piedras. Y aquí entra ese ayudante suyo en el que nadie se había fijado, pero que resulta ser Viktor, un científico especialmente interesado en esa tecnología… y en el progreso en general. (Embrace progress, ya se sabe…).
Creo que todos nos hemos encariñado del Viktor de Arcane bastante más de lo que hubiéramos esperado, y es normal teniendo en cuenta esa fragilidad y buena fe que desprende. Pero lo que vemos de él cambiará, aunque esa charla toca más adelante… Otro personaje que resulta más interesante de lo que en un principio parecía es la miembro del Consejo Medarda, a la que no hay que perder de vista en el acto II y III.
En lo que debemos centrarnos ahora es en que Vander es secuestrado por Silco, hay decenas de Enforcers muertos en las calles de The Lines y los únicos que pueden ayudar son cuatro niños que no pasan del metro cincuenta. Con este escenario, parece que la cosa no puede ir a peor, ¿verdad?
Pues resulta que Powder es dejada atrás por los demás, volviendo real su miedo a ser abandonada. Las escenas que siguen a esto, en las que está sola en su habitación, ponen los vellos de punta; rompe todo: incluso sus inventos, a los que se ve que guarda un gran cariño; llora; grita; se desgarra. Todo hasta que descubre la manera de ayudar. Y, como no podía ser de otra forma, todo se viene abajo desde los cimientos una vez lo hace. Vander acaba muerto con tal de proteger a su familia y a la exánime paz sobre la que se sostiene Pilover. Claggor y Milo, que estaban a punto de salir de ese edificio y rescatar a su padre adoptivo, acaban enterrados bajo él, muertos a causa de la explosión de la piedra. Todo se derrumba.
Vi enfrenta a su hermana y lidia con el error de la pequeña tal y como ha hecho todo siempre: con violencia. Y Powder, recordemos: que solo trataba de ayudar, se encuentra sola y desamparada una vez Vi es llevada por Marcus (impresionante la facilidad de los animadores para hacer que odies a este personaje aunque salga tres minutos a lo sumo).
Como nos avisaba el principio de este acto, los dos bandos se delimitan más que nunca, y en cada extremo de estos acaban Vi y Powder. En el caso de la mayor, llevada a la fuerza, y en el de la pequeña, empujada a aferrarse a alguien al verse abandonada. La última mirada de Powder es una de las imágenes más fuertes de este primer acto, y nos deja apreciar la pequeña rendija que lleva a su mente; una que, sin Vi a su lado, se volverá inestable y peligrosa.
No voy a mentir a nadie a estas alturas: la serie me ha fascinado. Ya era fanática del lore de League of Legends, y cada vez que me encontraba con una cinemática guardaba la esperanza de que pudieran hacer algo más allá. Pero esto que Riot nos ha dado supera cualquiera de las expectativas que pudiera haberme hecho.
Quiero guardarme alguna que otra teoría para los análisis de los actos que restan, pero es inevitable nombrar a Vander en este acto. Chutado de Shimmer hasta las cejas, ya creía que teníamos a Dr. Mundo con nosotros (aunque el personaje en sí me pegase entre poco y nada con el Mundo que conocemos). La teoría se me fue bien rápido de la cabeza al ver cómo acababa… Sin embargo, teniendo en cuenta que, aunque enemigo declarado de él, Silco le guardaba un gran cariño, no creo que dejase su cuerpo ahí o lo enterrase sin más. Tal vez resultaría un buen espécimen con el que experimentar para ese científico que vemos de refilón en el laboratorio... Singed no parece ser de los que reniegan de un buen sujeto para sus experimentos.
Para acabar, me gustaría enseñar algunos de los Easter Eggs que hemos ido encontrando de pasada en este primer acto, y que, momentos dramáticos a parte, han resultado de lo más divertidos. Y con esto me despido hasta el análisis del segundo acto de esta maravillosa serie.
Gl & Hf.
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