El capítulo de la semana pasada nos prometía drama, y lo hemos tenido. Aunque, como siempre, mezclado con grandes dosis de surrealismo para aquellos que somos lectores de los libros. Pero el drama por delante.
Como consecuencia de la muerte de Jocelyn en el anterior capítulo, Clary quedó muy afectada, aunque no fue la única. Alec fue el causante de la muerte de la mujer, aunque no fuese de forma directa, y eso le pasa factura. Y empezamos viendo como se tortura internamente por lo que ha hecho, y eso que ni si quiera le caía bien Clary. Magnus intenta ayudarle, pero nuestro moreno favorito sigue en sus trece, sin saber muy bien cómo arreglarlo.
La que sí que tiene una idea para arreglar el embrollo en el que se ha visto metida es Clary. La muchacha va a ver a Magnus, acompañada por Simon, para pedirle, ni más ni menos, que emplee magia negra para resucitar a su madre. Por supuesto, Magnus se niega y le da una polaroid que saca de su cerebro con una imagen de Clary y su madre (ni Dumbledore saca recuerdos tan modernos).
Terrorífico |
En este capítulo también aparece un Jace renovado y con el pelo más corto (aunque no penséis que va a abandonar sus eternos pelitos en la cara) al que Aldertree le veta de ir a la misión que tienen pensada de visita a las Hermanas de Hierro. La que pide ir a esta misión es Izzy, que al parecer es una fangirl de las Hermanas de Hierro, pero su lesión del brazo no está curada, así que Aldertree está a punto de vetarla a ella también. Sin embargo, se lo piensa un momento y decide que es buena idea recetarla un medicamento muy bueno: yin fen. Este "medicamento", para aquellos que no hayáis leído los libros, hace su aparición en la trilogía de Los orígenes, y es una droga muy peligrosa que puede llevarte a la muerte si no la consumes. No sé cuál es el objetivo de hacer que Izzy se convierta en una yonki, pero tengo mis teorías al respecto.
Volviendo a Clary, esta decide ir a ver a la bruja Iris Rouse, que vive en una casa un tanto turbia (como ella vamos). Allí la bruja no duda en hacerla una demostración de cómo devolver a la vida a los muertos con un cuervo que, casualmente, murió esa misma mañana. Clary, viendo todos los poderes mágicos de la bruja, no duda ni un segundo en decirla que hace un trato con ella (porque no puede pagarla) así que, a cambio de un favor, va a buscar un mechón de pelo que traiga a su madre a la vida.
Izzy disfrutando con la súper medicina |
Cuando Clary vuelve a casa de Iris Rouse, dispuesta a conseguir su objetivo, no lo hace sola. Alec, que como hemos mencionado al principio, se siente bastante mal, va a acompañar a Clary para protegerla. Pero Clary, que piensa que es capaz de protegerse sola, deja a Alec en la recepción y va a hacer un juramento de sangre con la bruja para así, sellar el favor que la debe. Lo que a Clary le parece una idea estupenda le dejará de parecerselo cuando ve que el mismo pájaro que ha vuelto antes, no ha vuelto siendo muy normal. Ante el miedo que tiene Clary a que en vez de su madre vuelva un demonio, decide romper el trato, pero es tarde, y la bruja dice que va a cobrarse su favor ahora. El punto surrealista número dos del capítulo viene ahora y es que la bruja quiere usar a Clary como un vientre de alquiler para un niño mitad demonio mitad shadowhunter. Seguro que a alguno de vosotros os suena esta extraña combinación y pensáis que la pócima mágica que hace esto posible en realidad no es tan nueva como Iris Rouse se piensa.
De algún modo extraño que se escapa a mi comprensión, Izzy la yonki y Jace el pelitos van a rescatar a Clary de su destino fatídico como madre de un demonio. Entran con mucho poderío y, justo cuando llegan a Clary, a esta se la ocurre una nueva runa y piensa, ¿por qué no la pruebo? Así que, al más puro estilo de la película, Clary se dibuja una runa en la mano y una especie de rayo de sol sale de su mano dispuesto a matar al demonio. Cuando Jace llega y, cuando lo ve, decide que es mejor que se lo guarden para ellos, porque es raro como mínimo. Aquí el único punto del capítulo que se parece al libro, y ni con esas.
Por otro lado, Simon sigue con sus problemas familiares. Después de los capítulos anteriores, decide mudarse a casa de su madre y espera que ni ella, ni su hermana, se den cuenta de que es un vampiro. Pero las cosas se empiezan a complicar cuando su hermana Beckie vuelve y descubre un termo con sangre, que no duda en quitarle. El conflicto familiar acaba (o empieza, quien sabe) cuando Simon le confiesa a su madre que es un vampiro (quien le toma por loco) y esta le acaba descubriendo bebiendo la sangre de una rata. Tras esto, podemos ver cómo llama a un médico de urgencia porque peinsa que, evidentemente, su hijo tiene algún problema.
El capítulo pone fin a todo el drama con más drama y es que ya iba siendo hora de dar un funeral digno a los shadowhunters caídos. Así que con una ceremonia de lo más emotiva, las almas de Jocelyn y de los Hermanos Silenciosos se van al cielo, dejando a una consternada Clary en tierra... Y a Luke. Todavía no hemos visto su reacción a la muerte de su amada, pero no tiene pinta de ser buena. Podemos comprobar como está a medio transformar en el bosque, como si estuviese enloquecido, pero nada más.
Quedan preguntas todavía sin resolver y, sobre todo, la gran incógnita de cuál será el rumbo que tomará ahora la historia dados los cambios tan grandes que se están haciendo con respecto a los libros. El personaje de Sebastian, según han confirmado, está al aparecer, y ahora sólo nos queda hacer teorías al respecto de cómo aparecerá. Yo ya tengo la mía, ¿y vosotros?
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