Teen Wolf 6x05: Radio Silence

Es el último episodio del año y, como sorpresa, ¡Stiles está de vuelta! Por supuesto, no está de vuelta con sus amigos, sino que tenemos noticias de él por primera vez desde su desaparición.

Stiles se encuentra perdido con el resto de personas que los jinetes han intentado borrar en una estación de tren. Todos parecen encontrarse en estado catatónico, esperando un tren que, evidentemente, no va a llegar. Todos menos él. Sabe que algo anda mal y, mientras investiga cómo salir de ahí, encuentra a Peter Hale, el padre de Malia y la persona que convirtió a Scott en lobo.

Hay que recordar un poco de las anteriores temporadas para saber qué pasó con Peter, pero el capítulo se encarga de ponernos en situación. Peter estaba encerrado en Eichen House por culpa de Stiles justo cuando intentaron salvar a Lydia con el apagón de luz. Como consecuencia del apagón, la celda de Peter se abrió y él pudo escapar. Sin embargo, la libertad le duró poco, porque los jinetes le atraparon.

Mientras Peter y Stiles se ponen al día con respecto al tema de los jinetes e intentan encontrar una salida, con la ayuda de un chico que no salió muy bien parado, Scott, Lydia y Malia encuentran la reliquia de Stiles, su Jeep. Pero eso no parece suficiente para recordar al chico. Sin embargo, Stiles desde el otro lado, con la ayuda de Peter, intenta comunicarse mediante una radio que hay en la estación ficticia de tren y a la radio a la que va a parar la comunicación no es otra que la del coche de Stiles. Las cosas no salen tan bien como parece, porque los jinetes llegan y ellos se ven obligados a abandonar la sala para salvar su vida, sin establecer comunicación aún.

Pero el Jeep todavía les depara sorpresas y, buscando en la documentación, encuentran que la dirección a la que está asociada el Jeep no es otra que la de la casa del sheriff. Así que Lydia, dispuesta a no rendirse, va a hablar con ellos. Pero Claudia Stilinski no parece muy por la labor para que encuentren a su hijo, así que Lydia, derrotada, acaba llorando contra una pared y al otro lado de esa pared, se encuentra Stiles. Y es que estos dos siempre acaban encontrándose, aunque parezca imposible.

El episodio sigue girando en torno a Stiles, que todavía debe ser recordado, y a cómo puede salir de ahí. Peter, por supuesto, también quiere salir de ahí, así que decide arriesgarse debido a su condición sobrenatural e intentar salir por el mismo sitio por el que el otro chico fue calcinado y, sorprendentemente, lo consigue, aunque no en las mejores circunstancias. Peter llega quemado al otro lado, pero Malia lo escucha y lo huele y acaba llegando junto a Scott a su lado. Peter a penas puede hablar para hacer que recuerden a Stiles, pero tiene una sorpresa para ellos: lleva en las manos las llaves del Jeep.

Scott no duda ni un segundo y, con las llaves, se mete con Lydia en el Jeep y lo arrancan. Justo en ese momento, Stiles sigue intentando comunicarse con ellos y, ¡lo consigue! Menciona sus nombres y, al oir su voz, parecen recordarle. Pero, por si nos quedaba alguna duda, Stiles quiere cerciorarse de que se acuerdan de él, y pregunta a Lydia si recuerda qué es lo último que le dijo, y ella no duda en responder "recuerda que te quiero". Stiles se queda sin palabras y les dice un único nombre antes de despedirse: Canaan.

Ahora sólo nos queda esperar al año nuevo para ver qué significa eso y cómo reacciona el grupo ahora que recuerdan a Stiles. Así cómo ver qué ocurre cuando el sheriff se entere de que tiene un hijo y de que está desaparecido. Demasiadas incógnitas, pero Teen Wolf cierra bien el año con lo que es, en mi opinión, uno de los mejores episodios de lo que llevamos de temporada. Tiene tensión, intriga y, sobre todo, tiene a Stiles de vuelta. Puede que siga apareciendo poco debido a los conflictos de rodaje como consecuencia de su accidente, pero sin duda, el capítulo en el que aparece Stiles, es un episodio mejor. Y en este, que recordaba un poco a los episodios de la primera temporada de la serie, ha quedado demostrado.