Este va a ser un episodio bastante emotivo y de verdad, doloroso. Dejando a un lado el hecho de que creen que el chico que se coló en palacio puede tener algo en la cabeza que le lleva a robar, centrémonos en Albert.
El príncipe se ha empezado a preguntar qué es lo que pasa en el palacio dándose cuenta de que no todo funciona como él creía. Con la aprobación de la Reina empezará por la limpieza del palacio y terminará con una subida del sueldo de los empleados y una bajada en el gasto de cosas innecesarias. Es algo que vamos a ver desde el principio del episodio pero que se va a ir formando también durante el resto de los minutos que dura este.
La Reina también se percatará de ello. Uno de los hilanderos del pueblo le pide su ayuda ya que si no es así no podrá seguir con el negocio. Victoria, con toda su buena intención, organiza un baile en el que la seda del taller predomina en trajes y adornos del palacio. Sin embargo parece que no es un buen momento para celebraciones.
La gente del pueblo se están muriendo de hambre y cuando se enteran del baile se amotinan a las afueras del palacio pidiendo comida y quejándose a la Corona. Dentro todos están ajenos a lo que sucede fuera. Sobre todo Ernest que vuelve a encontrarse con el que fue su amor prohibido: Harriet. De repente vemos como Albert llama a Victoria y cuando ella va en su busca se encuentra con la realidad. Ella no se puede creer lo que está viendo, y lo que es peor, parece que no sabe lo que hacer. Más tarde sí que lo resolverá: dará las sobras del baile a los pobres, y además descubrirá que ha salvado el negocio del tejido.
Volviendo dentro de los salones, en ellos aparece Lord M. Al principio del episodio somos testigos de cómo una doncella de Victoria va a visitarle porque este no le responde a las cartas; y es que su enfermedad parece más grave de lo que parece. Aún así él aceptará la invitación de Victoria al baile, donde veremos que justo cuando la Reina se va a buscar a Albert a Lord M le da un pequeño mareo.
Este es también un capítulo de encuentros, por así decirlo. El primero de ellos se lleva cuajando desde el primer episodio y es el de Alfred y Drummond, entre los que parece que habrá un romance, y sí yo quiero que lo haya porque vamos a ver, son la adorabilidad en persona. Los protagonistas del segundo encuentro son Lord M y Albert. El primero le contará la verdad de su situación y parece que habrá una pequeña tregua entre ellos.
Tregua en la que Victoria se entera de lo que pasa, y sin decirle que lo sabe le regala a Lord M un pájaro a través del cual puede escuchar a Mozart dándole cuerda. Lo que ella no sabe es que en cuanto le deje va a ser la última vez que le vea.
Y él no va a ser el único. En cuanto llega a la habitación, derrotada por lo sucedido se encuentra a Dash en el suelo sin vida. Se venía venir desde que decían que estaba viejo y otros comentarios, pero ninguno nos esperábamos que la muerte de uno de los pilares de la Reina se derrumbase tan pronto.
Desde luego ha sido un episodio triste del cual veremos las repercusiones en el resto de la temporada.
El príncipe se ha empezado a preguntar qué es lo que pasa en el palacio dándose cuenta de que no todo funciona como él creía. Con la aprobación de la Reina empezará por la limpieza del palacio y terminará con una subida del sueldo de los empleados y una bajada en el gasto de cosas innecesarias. Es algo que vamos a ver desde el principio del episodio pero que se va a ir formando también durante el resto de los minutos que dura este.
La Reina también se percatará de ello. Uno de los hilanderos del pueblo le pide su ayuda ya que si no es así no podrá seguir con el negocio. Victoria, con toda su buena intención, organiza un baile en el que la seda del taller predomina en trajes y adornos del palacio. Sin embargo parece que no es un buen momento para celebraciones.
La gente del pueblo se están muriendo de hambre y cuando se enteran del baile se amotinan a las afueras del palacio pidiendo comida y quejándose a la Corona. Dentro todos están ajenos a lo que sucede fuera. Sobre todo Ernest que vuelve a encontrarse con el que fue su amor prohibido: Harriet. De repente vemos como Albert llama a Victoria y cuando ella va en su busca se encuentra con la realidad. Ella no se puede creer lo que está viendo, y lo que es peor, parece que no sabe lo que hacer. Más tarde sí que lo resolverá: dará las sobras del baile a los pobres, y además descubrirá que ha salvado el negocio del tejido.
Volviendo dentro de los salones, en ellos aparece Lord M. Al principio del episodio somos testigos de cómo una doncella de Victoria va a visitarle porque este no le responde a las cartas; y es que su enfermedad parece más grave de lo que parece. Aún así él aceptará la invitación de Victoria al baile, donde veremos que justo cuando la Reina se va a buscar a Albert a Lord M le da un pequeño mareo.
Este es también un capítulo de encuentros, por así decirlo. El primero de ellos se lleva cuajando desde el primer episodio y es el de Alfred y Drummond, entre los que parece que habrá un romance, y sí yo quiero que lo haya porque vamos a ver, son la adorabilidad en persona. Los protagonistas del segundo encuentro son Lord M y Albert. El primero le contará la verdad de su situación y parece que habrá una pequeña tregua entre ellos.
Tregua en la que Victoria se entera de lo que pasa, y sin decirle que lo sabe le regala a Lord M un pájaro a través del cual puede escuchar a Mozart dándole cuerda. Lo que ella no sabe es que en cuanto le deje va a ser la última vez que le vea.
Y él no va a ser el único. En cuanto llega a la habitación, derrotada por lo sucedido se encuentra a Dash en el suelo sin vida. Se venía venir desde que decían que estaba viejo y otros comentarios, pero ninguno nos esperábamos que la muerte de uno de los pilares de la Reina se derrumbase tan pronto.
Desde luego ha sido un episodio triste del cual veremos las repercusiones en el resto de la temporada.
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