sábado, 7 de abril de 2018

The Walking Dead 8x14: Still Gotta Mean Something

Todos aquellos episodios que parecían pronosticar que la serie volvía a su ritmo habitual han sido solo una ilusión, porque a tan solo dos episodios del final de la octava temporada, The Walking Dead vuelve a los episodios con los que llevamos ya casi dos temporadas: de transición, sin acción y, sobre todo, sin interés.

Comenzaremos con una de las tramas abiertas de la semana pasada, la de Jadis llevándose a Negan en un coche. Al parecer la mujer vive en un contender amueblado ni más ni menos que con cosas de Ikea por dentro. Da igual que viva en un Vertedero y que todo lo que hay alrededor dé bastante asco, ella mantiene su habitación impoluta. No tanto a Negan, a quien tiene atado a una especie de carrito sin su preciada Lucille, que ahora carga ella. Pero sobre la historia de estos dos hablaremos más adelante.

Otra incógnita que nos quedó fue sobre si Dwight habría traicionado a los de Hilltop definitivamente al clavarle una flecha a Tara. Pero ella aparece viva y, según los doctores, fuera de peligro, lo que implica que Dwight tomó esa medida para salvarla, ya que sus flechas no estaban infectadas. Así se lo hace saber la chica a Daryl, que no termina de fiarse del hombre. Claro que, si echamos la vista atrás, ha sufrido sus traiciones más que nadie.


La semana pasada también acabamos con Henry en paradero desconocido y en este capítulo Carol y Morgan irán en su busca, aunque la mujer no está muy segura de que haya sobrevivido. En realidad Morgan tampoco, por eso se está volviendo un poco loco viéndole en forma de alucinaciones. Y quizá por eso también quiera matar a todos los prisioneros que han huido, como si así pudiera hacerle justicia. Se acabó el Morgan pacífico que dejaba a todo el mundo vivo, ahora Carol es la que salva gente y él, quien las mata.

Morgan no es el único que ha perdido un poco la cabeza. Ya sabíamos que a Rick las muertes de su familia le afectaban más que a ninguno y, mientras que gente como Maggie cogía el dolor para hacerse más fuerte, Rick simplemente se volvía loco. Sí, ha vuelto a pasar. La muerte de Carl le tiene entre en alma en pena y el psyco-killer que era Rick temporadas atrás. Michonne lo sabe, porque le pasó a ella. Con un recuerdo de Andrea intenta hacer que Rick se centre leyendo la carta de Carl (la duda es, ¿no le dijo a Negan que la había leído ya?), pero él hace poco caso a la mujer y pregunta a Alden dónde han podido ir los rehenes. Él ya sabe que Rick va dispuesto a matarlos, así que le aconseja que no mate a más de la gente, que muchos son personas que han tomado malas decisiones. ¿Le hará Rick caso?

La respuesta es no, aunque tampoco ayuda que se encuentre a Morgan por el camino. Ambos, movidos por el dolor, van directos a acabar con ellos, aunque antes de que puedan ejecutar su plan los secuestran. Sin embargo, digamos que Los Salvadores no son muy inteligentes, porque mientras se piensan o no qué hacer con el plan que les ofrece Rick: rendirse y volver a Hilltop, los zombies llegan. Se ven obligados a soltar a Rick y a Morgan pero a pesar de la ayuda de Los Salvadores, los hombres no tienen contemplaciones y acaban con todos. "Todo el mundo se transforma" dice Morgan, y razón no le falta. Parece que Rick y él han perdido todos los valores que consiguieron para volver a su lado más inhumano.


Como he dicho, Negan sigue en el Vertedero atado a la plancha/carrito de metal. Aprovecha una de las debilidades de Jadis con unas fotos para amenazar con quemarlas. Entretanto, ella amenaza con quemar a Lucille y, con este intercambio de amenazas, Negan le confiesa que su bate se llama Lucille por su mujer, que siempre le protegió sin pedir nada a cambio. Él también conoce a la mujer cuando descubre que quiere salir de ahí en un helicóptero que pasa en ese momento, aunque no se para. 

Negan parece arrepentido de verdad y le ofrece unirse a Los Salvadores como una más en compensación por todos los que ha perdido por culpa de Simon. Además, jura por su escroto compensarla, lo que hace que Jadis deje a Lucille y le suelte. Negan es un hombre de palabra y todo lo dicho lo mantiene en pie al ser liberado, aunque ella no acepta y se vuelve a su habitación de Ikea. Mientras, el líder de Los Salvadores se vuelve a su guarida. Por el camino se encuentra a alguien que no sabemos quién es y que recoge de la calle y, cuando llega, le dice a algunos de sus secuaces que mantengan en secreto que ha vuelto. Y a mi, todo esto, me huele a venganza contra Simon.

Más tramas se cierran, con Carol encontrando a Henry y llevándolo sano y salvo a Hilltop. Para cuando llegan Rick y Morgan, este último le confesará al niño que ha matado al asesino de su hermano. Pero Henry, lejos de sentirse contento, le dice que lo siente, algo que parece un acto de madurez por parte del niño. Rick cuando llega sí que se muestra un poco arrepentido de no hacerle caso a Michonne, por eso le pide perdón, dice que la quiere y se dispone a leer la carta de Carl.



Y mientras Los Salvadores se aprovisionan de balas llevando casquillos a Eugene, que tiene en su cabeza la fórmula para que nunca les falte munición. Claro que Rosita y Daryl no parecen dispuestos a impedirles llevar a cabo su plan. Quieren acabar con el hombre, no con la máquina, ¿tomarán medidas por su cuenta para frenar a Los Salvadores?

Lo que está claro es que The Walking Dead ha vuelto a su zona de confort, en la que pueden seguir por el momento mientras nos dan una de cal y una de arena, pero que no les será efectiva durante mucho más tiempo. Si siguen alargando tramas innecesariamente, mostrándonos algunas de poco interés y matando a personajes que sí que dan juego, quizá la serie debería ir pensando en acabar.

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