martes, 20 de junio de 2017

Shadowhunters 2x13: Those of Demon Blood

A veces creo que Shadowhunters no puede sorprenderme más, ni para bien ni para mal. Todas las semanas comento con unas amigas cada episodio y, aunque empezamos en serio, al final no paramos de soltar teorías, cada cual más descabellada, sobre el rumbo que podrá tomar la serie. Sobre si las tramas del libro caerán en el olvido, sobre si se inventarán unas nuevas. En definitiva: intentamos pensar como los guionistas de Shadowhunters lo hacen. Pero ni con esas. Siguen sorprendiéndome, aunque no diré que sea para bien.

La semana pasada Jace descubría que era un Herondale. Lo mencionaron unas cuantas veces a lo largo del episodio, pero fueron pocas y por tanto, fue más una alegría que algo que podría hacerse tedioso. ¿Qué ha pasado en este episodio después de la revelación? Si os digo que el episodio podría cambiarse de nombre a algo del estilo "el poder de los Herondale" os hacéis una idea, supongo.


Pero bueno, antes de explicar por qué este ha sido un episodio dedicado a los Herondale, empezaré por donde se debe comenzar: el principio. Nuestro recién descubierto Herondale se encuentra en un bar hablando con Maia mientras a sus espaldas está su amada Clary con Simon. Están hablando sobre la banda del chico y dándose besitos, cosa que no ayuda en exceso al chico, la verdad. Maia se da cuenta de esto y quizá es, en parte, porque ella puede que sienta algo por Simon. Al fin y al cabo, antes de que el chico estuviese con Clary, hubo algo entre ellos.

Esto no sirve más que para presentarnos una parte de la trama y empezar la otra. Porque cuando Simon y Clary salen del bar descubren el cuerpo de un shadowhunter muerto al que le han quitado las runas. Todo un espectáculo macabro al que shadowhunters no nos tenía acostumbrados, desde luego.

Cuando llegan al Instituto, la Inquisidora Herondale se entera de lo sucedido y no duda a la hora de acusar a los subterráneos. Todo parece indicar que son ellos así que intentan hacerles pruebas a algunos como Luke y, a otros (todos amigos de nuestros shadowhunters favoritos) cogerles pruebas de ADN para descartar que puedan ser ellos.


La brigada del ADN se pone en marcha. Alec va a por Magnus y le pide un pelo pero el hecho de que se le ponga en duda perturba al gran brujo de Brooklyn más de lo que parece. Otra de las componentes de esta brigada es Clary, que va a buscar a Simon pidiéndole lo mismo, pero el vampiro diurno le cuenta algo de una tía suya y de la Segunda Guerra Mundial y la chica entiende de inmediato la similitud y no le presiona. Los otros componentes son Jace e Izzy, pero de ellos hablaré más adelante.

Magnus, como bien he dicho, está un poco molesto con Alec y, entre tanto, recibe la visita de la siempre recurrente Dot. A veces creo que los guionistas la utilizan cuando no tienen a otra, la verdad. ¿Y cuál es la primera sorpresa de este capítulo? (por si lo anterior no nos había sorprendido suficiente) Pues que, al parecer, hace unos sesenta años, Dot y Magnus tuvieron una relación que recuerdan en este capítulo. Bailan e incluso Dot se lanza a besar a Magnus pero este se niega, declarando su amor por Alec.

Que el amor que parece salir por los poros de este capítulo no os ciegue, hay un problema fundamental, y es que están matando a shadowhunters. Y como Clary es una de ellos, cuando vuelve de estar con su novio Simon, en plena llamada del vampiro, es atacada. Por suerte, Simon llega antes de que se la puedan llevar para matarla y la lleva al instituto.


Cuando cogen a Clary el problema se agrava y la Inquisidora, preocupada y con ansias controladoras, manda poner unos chips a los subterráneos para tenerlos controlados. Y Jace, ansioso por tener una familia al fin, decide acatar sus órdenes como un perrito faldero e ir a ponérselo a Maia. En mi opinión, esta parte de la trama solo sirve para generar drama y sumar minutos al capítulo. Sus dos consecuencias principales es que, cuando Jace va a ponérselo a Maia hay una pelea (en la cual Maia acaba con el chip puesto a traición) y posteriormente, Maia es encarcelada en el Instituto como sospechosa del asesinato de otro shadowhunter. Y la razón no es otra que el hecho de que estuviese cerca cuando pasó.

Sin embargo, toda esta actitud de Jace sirve para que la Inquisidora, ansiosa por tener a su nieto vivo, le nombre director del Instituto. Jace no quiere asumir el puesto, porque quiere que se lo den a Alec pero, para no decepcionar a su abuela, no le queda otra que aceptarlo. Después de que le hayan dicho como veinte veces que forma parte de una de las mejores familias de shadowhunters del mundo (Clary los llamó los Kennedy de los shadowhunters, pero Izzy no estaba de acuerdo con ello, porque esos son los Lightwood) y que es la viva imagen de su padre, a ver qué va a hacer el muchacho.


El caso es que después de todo esto, Jace está dispuesto a seguir órdenes. Hasta tal punto que tiene encerrados a Simon (por querer quedarse al lado de Clary mientras estuviese convaleciente) y a Maia en una celda del Instituto. A Clary esto no le sienta bien y por primera vez muestra que tiene carácter y se enfrenta a Jace. Y él, como está tan perdidamente enamorado de ella pues al final los acaba soltando cuando su abuela se ha ido, aunque piense que es por su moralidad Herondale.

Por otra parte, el pequeño de los Lighwood, Max, ha llegado al Instituto para entrenarse y ponen a Izzy a su cargo. Ella tiene que ir a hablar con Raphael para comprobar que los vampiros no son los causantes de las muertes, así que le deja en el Instituto. Cuando se pone a hablar con él, Raphael le confiesa que las muertes están siguiendo un plan fijado por los Seelies hace mucho tiempo.

Entonces Izzy coge las riendas del capítulo y busca a Meliorn, pensando que él es el causante. Las cosas parecen fáciles cuando le encuentran al lado del cadáver, pero el chico se defiende diciendo que sabe que ha sido alguien de su especie. Y como los seelies no pueden mentir pues nada, le creen en poco tiempo. Justo cuando van a buscar al culpable, Max, que había ido a buscar a Izzy para ir de misión con ella, desaparece. Os podéis imaginar que la persona que se lo ha llevado es la causante de todas las muertes.

Pero mirad qué sonrisas más bonitas.
Y la culpable es Kaelie, una seelie que está resentida con los shadowhunters porque Jace mató a su hermano (por eso al principio del capítulo le tira una copa encima de los pantalones). Este hada tiene todo tipo de artilugios del submundo para que pensasen que lo que era una venganza personal era una revuelta de todo el submundo.

Total, que al final llegan Raphael, Meliorn e Izzy, rescatan a Max e Izzy se carga (o eso parece) a Kaelie, acabando con el problema. Luego se lo cuenta a Jace que decide que esto ha sido suficiente para su dirección del instituto y se la cede a quien le pertenece: a Alec. Y todos muy felices.

Más felices son todos cuando, después de esto, Magnus y Alec solucionan sus problemas diciéndose que se quieren y con un besito (de verdad, lo mejor del episodio) y con Simon dando un concierto con una canción fantástica llena de autotune. Y todos los subterráneos van al concierto porque son fans de Simon, claro.

Simon, muy intenso, tocando su temazo.
Pero no es esto todo lo que nos depara chaujanters esta semana. Y es el episodio termina con la mayor sorpresa del capítulo. Jace va a quitarle el chip a Maia y a pedirle disculpas y luego, en una escena que no encaja ni aunque intentasen pegarla con superglue, Maia le dice que está enamorado de Clary. Jace lo niega y, para demostrarlo, besa a Maia. Y parece que ambos tienen pensado liarse allí en mitad de la calle. Comentaría con detenimiento y muchas palabras lo horrendo que me parece lo que están haciendo con las parejas pero es que creo que no es ni necesario, en fin.

Como habéis visto, Shadowhunters nos sorprende con lo que mejor sabe hacer. Es un episodio de los suyos, de estos que tienen una gran inventiva y muy poca similitud con los libros. Y, además, es un episodio que se parece más a la antigua etapa de Shadowhunters que esta que ha iniciado Will Tudor, ya que el personaje de Sebastian no aparece en todo el capítulo. Una pena, desde luego.

Extra que os añado pese a la mala calidad. Esto es un aviso REAL que reciben los shadowhunters y que interpretan como "muerte". Os podéis reír tan libremente como lo he hecho yo.
Lo que sí se puede decir es que, aunque el guion y las tramas sigan pareciéndonos tan iguales y absurdas a como nos tienen acostumbrados, parece que técnicamente está mejorando, e incluso las actuaciones de algunos actores (especialmente la de Katherine McNamara) están sufriendo una evolución. Yo jamás pensé que diría esto, la verdad. Pero que no cunda el pánico, Shadowhunters sigue siendo la serie absurda pero que tanto nos gusta ver. Y parece que tendremos para rato. El siguiente capítulo se centra en la corte Seelie y, por lo que indican los rumores, puede ser más que gracioso e interesante. Aunque más gracioso que interesante.

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