Manchester frente al mar, Kenneth Lonergan

Título original: Manchester by the Sea
Director: Kenneth Lonergan
Año: 2016
Duración: 135 min.
Género: Drama
País: Estados Unidos
Actores: Casey Affleck, Michelle Williams, Kyle Chandler, Lucas Hedges, Tate Donovan, Erica McDermott, Matthew Broderick, Gretchen Mol, Kara Hayward, Susan Pourfar

Trailer:

¿Por qué ver Manchester frente al mar?
• No es una historia real, pero sus personajes nos parecen personas que, perfectamente, podrían serlo.
• La dureza con la que es contada la historia, llegando incluso a puntos cómicos.
• Es una brillante historia sobre lo que es la muerte en la vida real.

La muerte no es un asunto fácil de tratar. Tampoco es fácil lidiar con él. El cine se ha encargado en numerosas ocasiones de hacer de ella algo trágico o algo banal. Hemos visto a gente que ni se inmuta ante ella y gente que llora desconsoladamente. Gente que la asume, gente que no querría que nunca llegase.

Hemos visto de todo y, sin embargo, todavía nos quedaba esto. Todavía nos quedaba el realismo de la muerte que se vive en Manchester frente al mar. El realismo que a veces roza lo absurdo. El realismo que lo hace todo todavía más duro.

Lee Chandler (Casey Affleck) es un conserje de edificios en Boston. Tiene un trabajo en el que cobra muy poco y hace de todo pero, a pesar de todo, nunca se queja. Vive intentando pasar desapercibido, aguantando y mostrándose indiferente a todo a su alrededor. No es un comportamiento normal, sin lugar a dudas, por eso no tardamos en averiguar que algo le hizo ser así.

Un día, Lee recibe una llamada del hospital: su hermano vuelve a estar ingresado. A penas se inmuta. Tardará una hora y media en llegar a Manchester y, para cuando llegue (dejando atados todos los cabos sobre su vida en Boston de camino), su hermano ya ha muerto. Pero ni si quiera eso parece perturbar a nuestro protagonista. Sólo pregunta, asiente, y se encarga de todos los trámites que conlleva la muerte de su hermano.

La muerte de su hermano era algo que ya sabía Lee que ocurriría y, a través de recuerdos del pasado que nos aclaran la situación presente, vamos conociendo un poco al antiguo Lee. Es entonces cuando se siembra la duda, ¿qué le pasó a ese hombre alegre para ser como es ahora?

La respuesta es tan dura como el resto de la película. Tan real como la vida misma. Y, cuando lo descubrimos, duele. Duele ver por todo lo que ha pasado y por todo lo que está pasando ese hombre. Duele ver que Manchester vuelva a ser un lugar doloroso al que tenga que acudir.

A pesar de todo, Lee intenta hacer lo correcto. Su sobrino Patrick (Lucas Hedges) no le pondrá las cosas fáciles, pero será un añadido que pondrá esta historia en otra perspectiva. Y, sobre todo, nos enseñará las diferentes reacciones de las personas ante el dolor.

Manchester frente al mar, como he dicho, marca por su crudeza. Te agarra el corazón y te lo deja encogido durante las más de dos horas que dura la película y, a pesar de las escenas con silencios, no se hace lenta. Porque a veces los silencios dicen más que las palabras. Y ayuda mucho que Casey Affleck se meta tanto en el papel, dándonos una actuación brillante que bien podría ser merecedora del Oscar a mejor actor.

Kenneth Lonergan ha sabido hacer un guion consistente, muy realista, duro y a veces gracioso. Aunque dicha risa fuese originada por el absurdo de muchas situaciones que, sin embargo, son realistas. Y, además, ha sabido dotar a ese guion de la representación visual que necesitaba.

Quizá, el único defecto que le vi a la película es una banda sonora que podría haberla acompañado mucho mejor y que, a veces, simplemente no era necesaria.

Por lo demás, Manchester frente al mar me ha parecido un trabajo impecable de Lonergan y de Affleck como director y actor respectivamente. Una película que apela a los sentidos y que no te dejará indiferente. No hacen falta lágrimas para expresar el dolor, y tampoco hacen falta palabras para entender todo lo que quiere expresar esta película. No es recomendable, es casi un deber verla.

Puntuación: