Menú

martes, 19 de septiembre de 2017

Victoria 2x04: The Sins of the Father

Poco tiempo hemos visto a Victoria embarazada. La Reina ha dado a luz a su primer varón, lo que todo el mundo esperaba. Albert recibe al bebé con los brazos abiertos pero Victoria sigue sin verle la gracia a eso de los bebés, para ella son como una rana.

Y con esta alegre noticia llega una mala. Ya se sabe que cuando una nueva vida nace, otra desaparece. Es lo que nos tememos cuando a Albert le llega una carta de Coburg. Su padre ha fallecido y tiene que dejar el país inmediatamente para arreglar todo. Victoria quiere acompañarle, pero debido a que el parto ha sido hace poco, el príncipe partirá solo a su país de origen.

Albert será el gran protagonista del episodio. Antes de su muerte, su padre Ernest, le había enviado una carta pidiéndole poner su nombre al bebé si era un niño. No podrá ser esta vez ya que el niño resultó llamarse como el padre, Albert. 


Él también descubrirá algo que no se esperaba. Su tío Leopold le confiesa que podía ser su hijo. Albert se siente engañado y estafado por su familia y debido a eso su vuelta a Londres será más pronto de lo que tenía planeado. Leopold pone de excusa para esta confesión que piensa que se sentiría mejor al saberlo. Claro que sí...

En la ausencia del Príncipe Victoria se dedica al trabajo de Reina, y también visitará a los heridos de un hospital. Su visita será corta pero le servirá para darse cuenta de lo que es ella para su pueblo.

Entre los pasillos del castillo algo grave ha sucedido. En los periódicos locales ha salido que un chico se coló en el palacio. Solo están al tanto los trabajadores y como Francatelli hace poco que ha llegado, y además enseña ciertos lujos que no todo el mundo se podría permitir, le acusan a él de contárselo a la prensa para conseguir un dinero extra.


Skerret se sentirá muy culpable porque sabe perfectamente quién ha sido. Así se lo hace saber a la Reina, que la despide por falta de confianza.

Y si recordáis los anteriores capítulos, el pequeño Dash murió. Ahora Victoria tiene un nuevo cachorrito blanco llamado Isla. Será tratado como su predecesor y esperemos que le de muchas alegrías. Alegría y amor también el que se transmite en una escena inicial y una final en la que se ve claramente quién apoya a quien. En la primera es Victoria quien toca el piano y Albert el que la apoya cantando; al final sucederá de la forma contraria.


Lo contrario a la alegría es lo que hemos sentido al enterarnos de que Drummond y Alfred, en su amor secreto que solo ellos saben, no va a ser posible. Drummond se casará con una mujer y se verán muy lejos el uno del otro.

Y con la Reina inaugurando un túnel que une las dos orillas del río nos despedimos hasta la próxima semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Queremos saber tu opinión! Deja en la siguiente caja un comentario sobre qué opinas de la entrada, el blog, o alguna sugerencia: